Carlos Sainz logró una importante victoria en el Rally Portugal de 1991, batiendo a la lluvia torrencial, el barro y sus rivales de Lancia
La victoria española que se sobrepuso al barro portugués
Recordamos la edición de 1991 del Rally de Portugal, en la que Carlos Sainz se impuso a unas condiciones dantescas para lograr la victoria.
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Para Carlos Sainz, la temporada de 1991 del Campeonato del Mundo de Rallies tenía un matiz distinto a cualquiera que él hubiera vivido antes. Por primera vez en su vida y después del título del año anterior, el madrileño era el hombre a batir. Sainz era el campeón en título y por lo tanto sería el blanco de todos sus rivales. Un nuevo desafío técnico y mental al que imponerse. Una nueva oportunidad de demostrar su talento.
La temporada comenzó de la mejor manera posible para el español, con una victoria en elRally Monte Carlopor delante de Miki Biasion y François Delecour. A pesar de no tomar parte en la segunda prueba del año en Suecia, Sainz llegaba a la tercera cita en Portugal en cabeza del mundial. Eso sí, con la incertidumbre hasta el último momento sobre la presencia de Luis Moya en el asiento del copiloto, tras un accidente para preparar precisamente ese rally.
Afortunadamente, al final la ya legendaria pareja compitió junta en Portugal, donde se esperaba un duelo por la victoria entre Toyota y Lancia aunque con marcas como Ford, Subaru y Mazda a la expectativa. La prueba comenzó en el estadio nacional de Jamor, donde Sainz logró el mejor tiempo por delante de Markku Alen. El mal tiempo servía como preámbulo de lo que estaba por venir y en el primer día completo, los protagonistas fueron la lluvia, el hielo y la nieve más que los pilotos.
Ello complicó el estado de los tramos, provocando sendos accidentes para Delecour y Armin Schwarz, compañero de Sainz en Toyota. Mientras tanto, Sainz podía apenas mantenerse en pista sin caer víctima de las traicioneras carreteras lusas, dejando que Biasion fuera el líder del evento. Lancia tenía el rally encarrilado al contar con el italiano junto a Auriol como candidatos a la victoria. Sainz, en posición de tercero en discordia, tenía que pelear contra los elementos y un interior de su Celica completamente empañado.
Sorprendentemente, los problemas fueron el revulsivo que necesitaba el español, que tras una jornada espectacular sobre tierra después del complejo primer día sobre asfalto, recuperó el liderato al recortar 52 segundos a Biasion. El talento del campeón en título brilló entre el barro y le permitió tomar la delantera. Al término de la penúltima jornada, Sainz disponía de una ventaja de 24 segundos sobre Auriol y 27 sobre Biasion. Mientras tanto, Alen había cedido demasiado tiempo en su Subaru para ser una amenaza.
Finalmente, Carlos Sainz pudo resarcirse tras la mala fortuna sufrida en años anteriores en Portugal y logró una sensacional victoria, a pesar de estar bajo el ataque del equipo Lancia al completo. Sainz batió a Didier Auriol por 47 segundos, dejando a Miki Biasion a más de dos minutos en un último día frenético para todos los candidatos. Kuha Kankkunen completó el trío de Lancias perseguidores de Sainz, aunque en el caso de Auriol era un coche mantenido por Jolly Club y no el equipo oficial.
La quinta y sexta posición fueron para Markku Alén y François Chatriot con losSubaru Legacy, muy lejos de los primeros puestos. Por detrás, Jesús 'Chus' Puras firmó un correcto séptimo puesto con un Mazda 323 GTX oficial, batiendo a su compañero de marca Grégoire de Mevius. En Portugal también hubo presencia de otro piloto español, Fernando Capdevila, que al volante de un Ford Sierra RS Cosworth obtuvo la décimo tercera posición. En términos globales, el mundial estaba a punto de entrar en una etapa apasionante con Juha Kankkunen con una necesidad imperiosa de recuperarse y Carlos Sainz defendiendo el título y el liderato. Una pelea para el recuerdo.
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