Cambios en las bases de datos
La razón por la que deberías comprobar tu etiqueta ambiental de la DGT una vez más
Las etiquetas ambientales de la DGT han supuesto un cambio en la movilidad diaria de muchas personas, pero no son perfectas: ahora la DGT está efectuando cambios para ajustarse a la realidad.
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Las etiquetas ambientales de la DGT llevan ya un tiempo con nosotros. Su funcionamiento se ha ido "afinando" con el tiempo, y en la actualidad son un elemento más con el que las marcas juegan sus cartas a la hora de venderte sus coches. Sin embargo, y como todo lo que arranca desde cero, sus inicios no han sido fáciles, contando con muchos fallos que poco a poco se han ido solventando.
El fallo más preocupante ha sido el que ha cometido la DGT a la hora de clasificar a los vehículos: si bien en el BOE se hablaba de normas europeas de emisiones para la recepción de una u otra etiqueta, la realidad es que la DGT ha usado las fechas de matriculación para efectuar sus cálculos y clasificaciones, lo que ha provocado muchos desajustes: miles de conductores se han quedado sin etiqueta cuando sus vehículos, en realidad, sí tienen derecho a ella. VER VÍDEO DE ARRIBA.
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La vida de un vehículo privado tiene muchas fases, siendo la primera, a nivel administrativo, la matriculación inicial: en ese momento la DGT toma constancia de que un nuevo vehículo comienza a rodar por la carretera. Posteriormente puede cambiar de matricula o, incluso, darse de baja de manera temporal si las condiciones lo requieren, para posteriormente volver a darse de alta. El final de la trayectoria llega cuando el vehículo se desguaza: la baja definitiva.
En ese momento el vehículo deja de ser apto para la circulación, y es prácticamente imposible rehabilitarlo para volver a hacerlo rodar. Es lo que sucede cuando enviamos un vehículo a un centro de tratamiento de residuos autorizado, lo que todos conocemos como desguace. Sin embargo, la DGT ha emitido un aviso, alertando de un fenómeno contra el que se lanza a luchar: las bajas fraudulentas.
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