30.000 m2 hacen falta para reducir las emisiones producidas al fabricar coches

La transición de movilidad parece ser que pasa únicamente por electrificar al coche moderno, pero lo cierto es que existen numerosos procesos que contaminan igualmente. Y es que la propia fabricación de coches contamina, y bastante más que lo que un vehículo emite de CO2. Es por ello que Stellantis ha construido una planta fotovoltaica en su fábrica de Madrid para reducir sus emisiones a la hora de producir pero requiriendo de 30.000 m2 de espacio y todo lo que esto implica.

Estamos hablando de un espacio equivalente a cuatro estadios de fútbol, e ideado para albergar a un sistema con el que se pretende reducir considerablemente las emisiones de la mano de Endesa X. Así, el consorcio francés pone como objetivo bajar el consumo de luz, gas natural y agua por coche producido de aquí a los próximos años.

Siendo más concretos, esta nueva planta, que produce energía limpia y sostenible a través de 15.000 módulos fotovoltaicos, consigue que un 30% de las necesidades energéticas de la fábrica de Stellantis en la capital española no sean contaminantes. Para lograrlo, tanto Endesa X como el grupo francés dividieron el proyecto en dos fases, las cuales culminaron el día 2 de febrero tras su inauguración.

A su vez, este gigante energético cuenta con una potencia instalada de 6,7 MWp, capacidad que le permite limpiar ese 30% de energía empleada por la fábrica. Sobre el papel la presencia de este conglomerado energético supone un ahorro de 8.000 MWh al año, así como reducir en 2.546 toneladas métricas las emisiones de CO2 que produce la fábrica anualmente.

A su vez, Stellantis lleva un registro de una trascendente reducción consumo por coche fabricado de luz, gas natural y agua. Siendo más específicos, son un 22,4%, un 21,3% y un 15,1% menos respectivamente, dejando patente con la instalación de esta planta fotovoltaica que dichos porcentajes aumentarán.

Esto será viable comprobarlo gracias al Servicio de Gestión Energética (SGE) con el que cuenta Stellantis. Así, podrán monitorizar la energía producida por la instalación fotovoltaica, la energía autoconsumida y los ahorros producidos. No obstante, la propia instalación de la planta puede haber supuesto una importante contaminación, por lo que estamos, igualmente, ante la pescadilla que se muerde la cola.

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