FORD MUSTANG
5.0 sin ningún tipo de electrificación y cambio manual; auténtica esencia americana
Ya no quedan coches así, ahora todos montan turbo, electrificación, cambio automático... Es una especie en extinción, pero todavía puedes hacerte con uno y además, ¡descapotable!

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El Ford Mustang es uno de esos coches que no necesitan presentación, es tan famoso que incluso el vecino del quinto, ese que se conforma con saber que los coches tienen cuatro ruedas, sabes de qué se habla cuando se menciona el nombre Mustang. Y en el fondo es lógico, ha salido en numerosas películas de Hollywood, muchos chavales lo han tenido en un poster en su habitación, es un coche tremendamente llamativo y suena como si se fuera a terminar el mundo.
Son cosas que a veces se pueden llegar a comprender cuando se tiene un Ford Mustang delante. Se aprecia a simple vista que se trata de algo especial, de un coche que no se ve todos los días. No es un automóvil para todo el mundo, sobre todo si se trata de una persona tímida y no le gusta ser el centro de atención.

Un motor destinado a desaparecer
El corazón del Ford Mustang casi su razón de ser, es uno de los últimos de su especie. Destinado a desaparecer, el motor del Mustang es un enorme V8 de cinco litros atmosférico, que rinde 446 CV a 7.250 revoluciones y 540 Nm de par a 5.100 revoluciones. Cifras muy elevadas, que además, se pueden gestionar mediante un cambio manual de cinco relaciones.
Su conjunto motor-transmisión está en vías de extinción, ni siquiera marcas como Mercedes o incluso Ferrari, mantienen motores de semejante calibre. Ahora, todos usan motores turbo o con hibridación –o las dos cosas al mismo tiempo–, para lograr bajas emisiones, pero elevadas cifras de potencia. No obstante, lo que resulta muy complicado de encontrar es un motor V8 atmosférico con cambio manual, la mayoría de las opciones tienen cambio automático...
Por eso el Ford Mustang resulta tan sugerente, porque todavía ofrece una fórmula clásica para disfrutar altas prestaciones y de una conducción emocionante. Es un tipo de coche destinado a desaparecer, solo apto para los más acérrimos más puristas del automóvil. Gente, por cierto, que necesitará estar dispuesta a consumos que no bajan de los 12 litros cada 100 kilómetros.

Sorprendentemente fácil de conducir
Ford Mustang. El nombre lo dice todo; potencia, motor con mucho cubicaje, sonido atronador... Pasión “old school” no apta para conductores comunes. Sin embargo, es realmente fácil de conducir en el día a día, incluso con el cambio manual. Los pedales no están duros, el selector del cambio es muy preciso y agradable de usar y el motor responde sin importar el régimen, es como una locomotora.
De todas formas, que sea fácil de conducir puede llevar a engaño y a la confianza excesiva. El Ford Mustang es fácil de controlar a velocidades, digamos, normales, pero no así a velocidades altas. Para poder exprimir toda la potencia de un Ford Mustang, hace falta mucha experiencia y haber conducido antes coches muy potentes; mucho cuidado, además, si el suelo está mojado.
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