Lo creas o no, existe una gran diferencia entre circular, lo que se aprende en la autoescuela al obtener el carné, y conducir, que es lo que todos los conductores deberíamos saber y aplicar para reducir drásticamente la siniestralidad. Por este motivo, qué mejor que descubrir nuevas habilidades que nos ayuden en el día a día, pero que sobre todo nos sirvan en esa situación clave donde una sola acción puede ser la diferencia entre un susto o un accidente mortal.
Mirar más allá: mirar mucho más allá del coche que tenemos delante supone una diferencia crucial para conseguir controlar mejor qué sucede en nuestro entorno y conseguir mayor prevención a la hora de abordar situaciones de riesgo.
Posición de las manos: obligarte a coger correctamente el volante es otro consejo que te costará muy poco, pero que te ayudará mucho. La posición ideal es la ubicación de las manos a las 10 y 10 o a las 9 y 15. Del mismo modo, debemos aprender a mantener las dos manos en el volante y adelantar los giros de cara a conservar el mayor margen de respuesta y control sobre la dirección.
Frenar bien en cualquier superficie: saber frenar es mucho más importante que saber correr, por este motivo debes conocer cómo frena tu coche y cómo actúa ante cualquier cambio de superficie de cara a saber cuál es su reacción ante frenadas de emergencia. Del mismo modo, si tu coche es de los que todavía no incorpora ABS, no estaría mal que aprendieses a frenar dosificando el pedal para evitar el efecto aquaplanning.
Aprende a mantener la calma: perder el control del coche es una situación que puede suceder en cualquier instante por motivos como un pinchazo o la aparición de un sobreviraje, por eso es importante que estés siempre atento para que la pérdida de control no te afecte. Lo más importante es conservar la calma y no acometer cambios de dirección, frenada o acentuación bruscos que sólo empeorarán la situación.
Jamás renuncies a formarte en conducción: no contemples el gasto en formación como gasto, llámalo mejor inversión. Adquirir habilidades y mejores aptitudes al volante te servirán toda la vida y además te ayudarán a sobrevivir a un sinfín de situaciones inesperadas. El aprendizaje junto a conductores profesionales te brindará nuevas herramientas para conducir mejor y más seguro.