El problema de circular siempre en marchas largas a muy bajas revoluciones es que a la hora de demandar potencia, se tiende a acelerar sin más obligando al propulsor a subir de vueltas desde su peor zona de trabajo. Descubramos qué sucede cuando forzamos al motor a trabajar desde muy bajas revoluciones.

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cuentarrevoluciones-motor-2016-01 | Centímetros Cúbicos

1 - Vibraciones: es lo primero que notaremos en un motor al que se le demanda potencia desde muy bajas revoluciones y con marchas largas. El aumento de la carga de trabajo en esas condiciones obliga al motor a realizar esfuerzos que se traducen en mayores vibraciones.

2 - Aumento del esfuerzo: al circular en una relación muy larga a muy bajas revoluciones, cualquier demanda de potencia tiene como consecuencia un mayor llenado de los cilindros y adelanto del encendido. Si en ese momento el motor se encuentra por debajo de su zona de trabajo, los pistones sufren considerablemente más en su movimiento alternativo luchando contra el picado de biela.

3 - Exceso de trabajo: todo los elementos móviles del motor se ven obligados a soportar un mayor esfuerzo dado que se demanda una mayor fuerza en la peor zona de trabajo. Ese exceso de trabajo se traduce en mayor fricción y desgaste de elementos vitales como rodamientos, cojinetes, asientos de biela y apoyos de cigüeñal.

4 - Así no reduces el consumo: circular con la relación más larga posible puede ser contraproducente si a la hora de buscar prestaciones no empleamos la relación óptima. Pisar el acelerador sin más tirará por tierra todo el ahorro de consumo.

5 - Las averías pueden ser fatales: el uso continuado de este tipo de prácticas suele conllevar averías fatales en el motor. El desgaste de piezas y el mayor esfuerzo soportado conlleva a holguras internas y rotura de piezas que obligan a complejas y costosas reparaciones.