DEL FÍGARO AL MURANO
90 años Nissan: los coches populares de la marca japonesa
Quién les iba a decir a los fundadores de Nissan, hace 90 años en Tokio, todo lo que les iba a pasar, incluida la explosión del Qasqhai.
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Quién les iba a decir a los fundadores de Nissan, hace 90 años en Tokio, todo lo que les iba a pasar. Iban a ser parte de un estilo de vida; iban a evolucionar con la sociedad hasta convertirse en un fenómeno mundial. Ahora, son una empresa longeva que se enfrenta a uno de los mayores retos de la historia de la automoción: la electrificación. En Nissan se lo imaginan de esta forma: con modelos sorprendentes para cualquier persona y sin descuidar la capacidad de emocionar…
Como te contamos en el programa anterior, ya habían fabricado un modelo eléctrico después de la Segunda Guerra Mundial. El futuro pone de nuevo a Nissan en el camino de la electrificación y ellos tendrán que popularizarlo. En un viaje por sus modelos más “democráticos” vamos a empezar recordando al Fígaro, un descapotable que presentaron con el slogan de “Vuelta al futuro”, en 1989. Se vendió en Japón y se inspiraba en la moda Art Decó. Tenía un motor de 900 centímetros cúbicos, cambio automático de 3 velocidades y se produjeron menos de 10.000 unidades.
El Fígaro era uno de los llamados coches “Pica”, un nombre que evocaba la idea de ser punta de lanza de la innovación. Como lo era el Pao, lanzado en 1989, parecía salido de un cómic japonés. Un urbanita con 52 caballos, que el New York Times definió como “el colmo del posmodernismo”. Pequeño, como el Cube, otro coche perfecto para moverse por ciudad y bastante seguro, a pesar de ser tan recogido… Le avalan 4 estrellas en los test de impacto EuroNcap.
Esos pequeños, hechos a medida para el mercado nipón, iban a tener su hueco en el mercado europeo más adelante. Los coches que vendían en Europa a finales de los 70, eran más grandes; como el Pulsar, ahí, le vemos con sus líneas cuadradas. Con los años se fue redondeando y, en 1995, aquí, en el “Viejo Continente”, pasó a llamarse Nissan Almera. Lo conoces, ¿verdad? Seguro que también te suena porque es uno de los coches que ha llevado la Guardia Civil.
Antes de llamarse Almera en muchos países, como en España, se le conocía como Sunny. Un coche, popular, que experimentó una curiosa fusión que le convirtió en leyenda. Fue en su versión de rallys, el GTi-R, que pertenecía al Grupo A. Su apariencia inofensiva y sus llantas de 14 pulgadas, contrastaban con su motor de 16 válvulas y 220 caballos que le hacían volar gracias a sus 1.215 kilos de peso.
Otra leyenda de los 80 nació a consecuencia de la pérdida de prestigio de los coches ingleses, por su fiabilidad y calidad; en el caso de los japoneses era todo lo contrario. Estuvieron listos y consiguieron fabricar en el Reino Unido, y, como menos es más, conquistaron a los ingleses y al resto de Europa con el Bluebird. Un coche de 4’46 metros, sencillo y confortable. Disponible en diésel y gasolina. También tenía una versión Turbo que corría en circuitos. Aquí vemos al piloto George Fury pilotando el coche con el que compitió en 1984.
No todo no iban a ser compactos o berlinas. Había que fabricar vehículos para terrenos lejos del asfalto y para gente con necesidades XXL, como el público americano. Así nació su pick up, Navara, en 1985. Primero se llamó D-21, y es conocida como Frontier en Estados Unidos.
Hablando de coches americanos, en Nissan, querían poner en valor sus “Sistemas de Ayuda a la Conducción” frente a los coches “yankees”, con esta producción al estilo hollywoodiense de la saga “A Todo Gas”. La seguridad ante todo, esto no es una película.
Aquí, en España, siempre hemos sido más de furgoneta que de Pick Up, a finales de los años 70 y principios de los 80, el paisaje se llenó de ellas. Muy prácticas para el trabajo. Una gran representante fue la Vanette. No era la furgoneta del “equipo A”… Pero se le parecía. Los anuncios de la época decían que tenía la comodidad de un coche y el espacio de una furgoneta. Con motor de cuatro cilindros en línea y cambio manual de cuatro marchas o automático de tres, Nissan la produjo hasta 1994, que pasó a manos de Mazda.
Las furgonetas vivían su época dorada, en los 80 te podías comprar ésta por 1.800.000 de las antiguas pesetas, la Trade, con motores diésel de 60 a 110 caballos. Era la heredera de las Ebro y Avia, con motores Perkins. Las dos fueron absorbidas por Nissan.
También tenían mucho público los 4x4 en los 90, un fenómeno donde destaca el Nissan Terrano II. Llegó en 1993 capaz de todo, y ha dejado huella durante sus cuatro fases de desarrollo. Con motores gasolina y diésel, sus conductores, podían disfrutar de su habilidad en cualquier superficie por hostil que pareciese. También es uno de los vehículos de la Guardia Civil y, en este anuncio del Reino Unido, le adjudicaban más capacidades que a una araña para escalar…
Volvamos a los frascos pequeños… en los 80 el tráfico en las ciudades aumentaba, la gente necesitaba coches pequeños y baratos. Así, nació el Micra, un coche cuyo primer modelo tenía motores de 1 litro y una versión turbo, incluso. Después, se ha ido transformando durante cuatro generaciones. Tan escurridizo por ciudad que hasta Silvestre podía plantar cara a Piolín en una persecución publicitaria…
Sentirse como una estrella de cine, tipo Steve Mcqueen o James Dean, era lo que prometía el Nissan Primera a los conductores que se sentasen a conducirlo. La marca japonesa quería ampliar su público y se puso a vender coches familiares en Europa. Estaba disponible en carrocerías Sedán o Familiar y se fabricó durante tres generaciones. Si los alemanes prometían berlinas emocionantes, en Nissan no querían ser menos.
Pero los tiempos, las modas y las necesidades, cambian. A principios de los 2000, la demanda de SUV empezaba a ser considerable. La respuesta fue contundente, con un coche contundente, el año 2002, lanzaron el Murano. Con aspecto futurista, un interior con mucho detalle y un reclamo para el público más “deportivo”: un motor V6 de 3500 centímetros cúbicos.
Con esa inercia SUV y el sello nipón, en el año 2007 llegó elQashqai, un coche ágil con aptitudes urbanas que, en Nissan, comparaban con un monopatín, y que ha llegado a nuestros días, adaptado al mundo eléctrico. Con tecnología e-Power, un sistema eléctrico que genera la energía para sus baterías a través de un motor de gasolina. Y capaz de superar el reto de hacer más de 1.000 kilómetros con un solo depósito.
El reto de hacer un SUV con un envoltorio más pequeño, para otro público, se solventó el año 2010 con la llegada del Juke. Fiel a la estética rasgada, este pequeño se metió en el bolsillo a muchos fans…. A la vez que se merendaba a algunos gigantes… Mira lo que pasó, cuando la versión R, de 700 caballos, se enfrentó al Buggatti Veyron, de 1000… Le ganó en aceleración en el cuarto de milla. Aunque al final, la victoria fue para el Veyron por 2 décimas.
La electrificación ha llegado a la velocidad de la luz. Y en 2010, llegó la gran apuesta de Nissan: el Leaf. En 2019 se convirtió en el primer coche eléctrico en vender 400.000 unidades, las cuales habían recorrido más de 10.000 millones de kilómetros, suficiente para ahorrar 3,8 millones de barriles de petróleo al año. Actualmente, el Leaf, tiene una batería de 59 kilovatios hora, 218 caballos y una autonomía de 385 kilómetros.
El Leaf, es más que un coche de calle. Tanto es así que, Nissan presentó una versión Concept Nismo, demostrando que saben aprovechar su experiencia en competición para desarrollar sus modelos de calle. Eso pasa también con la electrificación. Están presentes en la Fórmula e, y ese conocimiento les permite construir coches emocionantes, como el Leaf Nismo RC. Un eléctrico de carreras capaz de acelerar de 0 a 100 en 3’4 segundos y dejar impresionado al exjugador del Real Madrid, Eden Hazard.
En Nissan llevan 90 años fabricando coches pero también emociones. Un aprendizaje que les llega de una apasionante trayectoria en las carreras y que te contaremos en el próximo programa.
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