¿CUÁNTO REDUCEN LA SINIESTRALIDAD?
Arcenes asimétricos: el truco que utiliza la DGT
La siniestralidad vial es un asunto que preocupa al conjunto de la sociedad. De ahí que desde la Dirección General de Tráfico se trabaje sin descanso, elaborando todo tipo de propuestas y aplicando innovaciones que permitan reducir, en la medida de lo posible, el número de víctimas mortales en carretera. Una de esas soluciones son los arcenes asimétricos, ¿sabes cómo funcionan?
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Es un hecho: cada día más personas dan el paso y comienzan a utilizar la bicicleta para sus desplazamientos rutinarios, dejando así de lado el coche y reservándolo únicamente para viajes más largos, más urgentes o para viajes en los que sea necesario contar con un extra de comodidad o de espacio. Por eso, las administraciones trabajan sin descanso en la creación de diferentes estrategias con las que mejorar la convivencia tanto de ciclistas como de conductores, que están 'condenados a entenderse' y a compartir el mismo espacio.
No sólo en la ciudad, sino también en carretera: especialmente en vías convencionales, es relativamente habitual encontrarse con ciclistas o con grupos de ciclistas que circulan por el arcén, momento en el que los conductores de vehículos a motor deben extremar las precauciones y llevar a cabo adelantamientos seguros y respetuosos con estos usuarios que, por otro lado, son mucho más "débiles" en caso de un accidente de circulación.
Para que la convivencia entre todos los 'actores' implicados en la carretera, laDirección General de Tráfico aplica una serie de medidas e innovaciones con los que reducir el riesgo de accidente. Una de esas medidas es la creación de los denominados 'arcenes asimétricos', diseñados para mejorar la seguridad y la protección de los ciclistas que salen a carretera. ¿Cómo funcionan?
¿Cómo funcionan los arcenes asimétricos?
Los arcenes asimétricos basan su funcionamiento en una cuestión de espacio: así, se crean vías con un ancho de arcén en un sentido y otro en el inverso, distribuyendo el ancho de los arcenes de manera asimétrica entre sentidos de circulación para favorecer la circulación segura de ciclistas. Según la Dirección General de Tráfico, pueden reducir la accidentalidad hasta en un 60%.
La situación más habitual de aplicación de esta medida la encontramos en tramos de montaña: en ascensos de puertos o pendientes prolongadas, mientras que descendiendo un ciclista podrá llegar a circular incluso a 60 km/h, lo hará a una velocidad mucho más reducida (incluso por debajo de los 10 km/h, similar a la velocidad de una persona andando rápido) durante el ascenso. Aquí es donde un arcén más ancho le permite circular con mayor seguridad, ya que le ofrece mucho más espacio para que la diferencia de velocidad entre los vehículos a motor y los ciclistas no suponga un problema.
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