Así afecta el óxido a un coche: peligroso incluso para tu seguridad

La seguridad de nuestros coches se puede dividir en dos factores: la seguridad activa, aquella que engloba todos los sistemas que actúan intentando prevenir o mitigar una colisión. En este apartado en encontramos elementos como el ESP, los radares anticolisión, los sistemas de alerta de cambio de carril…

Por su parte, además de la seguridad activa encontramos la seguridad pasiva, un término que engloba todos los sistemas que intentan mitigar los efectos del choque, trabajando para que los ocupantes salgan con las mínimas lesiones posibles. Es ahí donde entra en funcionamiento, por ejemplo, la estructura del vehículo.

Uno de los problemas más graves a los que se puede enfrentar un vehículo es la corrosión, provocada por la humedad, la exposición a agentes agresivos como la sal…cuando la corrosión ataca, es muy importante atajar ese efecto cuanto antes, detectándolo de manera prematura para darle solución y evitar que el óxido avance. Para ello, es aconsejable, por ejemplo, lavar nuestro vehículo lo antes posible tras haber circulado por carreteras con sal.

¿Puede la corrosión resultar tan crítica para la seguridad? Para demostrar que sí, la asociación sueca sin ánimo de lucro Villaagarnas Riksforbund y la aseguradora Folksam han realizado pruebas de choque equivalentes a las realizadas por Euroncap de dos modelos populares, el Volkswagen Golf V y el Mazda 6 (2003), con sendas unidades afectadas por el óxido.

El resultado es más que sorprendente: mientras que el Golf sufre una ligera bajada en su puntuación (de 33 a 32 puntos), el Mazda baja de 26 puntos iniciales a 18 puntos, lo que supondría rebajar su calificación de 4 estrellas a 3 estrellas "pobre". Las conclusiones son claras: si vas a buscar un vehículo de segunda mano o si quieres cuidar tu propio coche, el óxido es uno de los enemigos a batir.

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