Así afronta Porsche el reto de la Inteligencia artificial

La Inteligencia Artificial está a la orden del día. El desarrollo en esta tecnología está provocando cambios en todos los aspectos, y, cómo no, el automovilístico también. Cada vez más marcas se suman a la investigación sobre la Inteligencia Artificial, y la manera de sumarlas a sus productos. Porsche es una de las pioneras y, en una entrevista realizada a Markus-Christian Eberl, Director General de Porsche Engineering, y Matthias Peissner, Jefe de la Unidad de Investigación de Interacción Hombre-Tecnología del Instituto Fraunhofer de Ingeniería Industrial IAO de Stuttgart, nos cuentan el camino del gigante alemán.

“Estamos, sin duda, en un momento de cambio crucial”, asegura Peissner quien, desde la irrupción de Chat GPT en 2022, ve cómo se ha generado “un revuelo importante. Con el tiempo, la IA alcanzará un nivel inimaginable”.

Porsche ya usa la IA, con su Porsche Engineering. Allí, Eberl confirma la importancia dela Inteligencia Artificial para “el proceso de validación de las funciones de conducción automatizada, en donde deben reaccionar de forma fiable no solo en situaciones habituales, sino también en otras especiales de tráfico. Numerosos vehículos recorren muchos kilómetros cada día con el fin de recoger la mayor cantidad posible de “material visual” para asegurar las funciones de conducción automatizada en una gran variedad de situaciones”.

También la usan para aplicar los grandes modelos lingüísticos. “Si describo un problema con suficiente precisión, un LLM (modelo extenso de lenguaje) bien entrenado puede generar el código correspondiente en el nivel de desarrollo 1 de forma muy eficiente”.

Pese a ello, la importancia de los ingenieros es y seguirá siendo clave. “Aunque el ingeniero ya no pueda comprender plenamente cada paso, debe garantizarse la fiabilidad del resultado final”, asegura Eberl, algo en lo que Paissner también está de acuerdo. “El aprendizaje automático representa el principal cambio de paradigma, ya que a veces no está claro cómo llegan estos sistemas a sus conclusiones”. Aquí reside la importancia del ingeniero, que tiene que ser capaz de comprobar si el resultado final es el correcto, y de comprobar los pasos que da la IA para llegar a él.

Tanto a Eberl como a Paissner les preocupa el camino hacia el que se dirige a la IA, ya que puede ser demasiado compleja como para que la entienda toda la población. “¿Podrá el 90 % de la población entender este progreso o la IA se convertirá en un tema para una pequeña élite?”, pregunta Paissner, que apuesta porque “la tecnología esté al servicio de todos”. Desde Porsche Engineering ya se han puesto manos a la obra, y han creado una unidad de Big Data e IA. “El objetivo debe ser la “democratización de la IA”. Pero para que tenga éxito, es necesario un enfoque de gestión del cambio más amplio. También debemos demostrar soluciones pragmáticas”, afirma Eberl.

En la carrera por ser el primer país que domine la IA, ambos ven a Europa un paso por detrás de Estados Unidos, porque “tendemos a tener una visión más orientada al riesgo”. Pero no lo ven todo perdido, y creen que “aún no hemos perdido la carrera”. Para ello, hay que replantearse “completamente los procesos, sobre todo con la ayuda de los empleados”.

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