ARANCELES DE ESTADOS UNIDOS
Así es cómo el castigo arancelario de Estados Unidos puede acabar beneficiando a las marcas europeas
Los dos mayores fabricantes de Estados Unidos se han mostrado preocupados por las políticas emprendidas por el gobierno del país y no parecen estar dispuestos a hacer grandes inversiones próximamente.

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Era de esperar que los aranceles del gobierno de Donald Trump iban a afectar a la automoción de una u otra forma. No obstante, era más difícil imaginar que ello fuera a condicionar tanto las operaciones de los principales fabricantes de Estados Unidos. Y es que tanto Ford como General Motors han mostrado recientemente su preocupación por los movimientos efectuados desde la Casa Blanca en este sentido. La directora financiera de la primera de ellas, Sherry House, reconoció en una conferencia celebrada en Nueva York que los aranceles del 25 % a Méjico y Canadá de Donald Trump han hecho pausar a la empresa sus decisiones acerca de grandes inversiones.
"En términos generales, no estamos tomando grandes decisiones en estos momentos. Estamos esperando a ver el impacto que va a tener lo que está pasando", aseguró House. En el mismo lugar, la presidenta y consejera delegada de GM, Mary Barra, reveló que su compañía lleva desde noviembre - cuando Trump ganó las elecciones - planeando cómo paliar los efectos de los aranceles. "Estaremos preparados cuando sepamos exactamente lo que va a pasar", indicó. Asimismo, garantizó que General Motors puede "mitigar" hasta el 50 % de las tasas y que, si estas se prolongan, la empresa puede tomar otras medidas para emplear su capital de la forma más eficiente.

Efecto contraproducente
Para el consejero delegado de Ford, Jim Farley, los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump a sus dos países vecinos hacen un flaco favor a las marcas patrias. De hecho, opinó que "harán un boquete en la industria de EE.UU como no se ha visto nunca antes" para sentenciar que su impacto sería "devastador" para los fabricantes estadounidenses. Por otro lado, señaló que esta circunstancia dará una ventaja importante a las marcas de Corea del Sur, Japón y Europa ya que no se verán afectadas por los tributos.
Farley cifró en hasta 60.000 millones los nuevos costes extras para el sector, mientras que expertos señalan que gran parte de ellos podrán repercutir en los consumidores con un potencial incremento de los precios de modelos nuevos en unos 3.000 dólares. Habrá que ver lo que ocurre finalmente, porque Donald Trump suspendió la aplicación de los aranceles durante 30 días el pasado 3 de febrero, un día antes de su entrada en vigor, y tanto México como Canadá están tratando que se cancelen mediante una labor diplomática incansable.
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