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TRES CONSEJOS

Así puedes evitar que la sal de la carretera dañe tu coche

Su presencia en las carreteras es fundamental para evitar la nieve o el hielo, pero, al mismo tiempo, juega en contra de tu vehículo.

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Durante los meses más fríos del año la sal se convierte en una constante en las carreteras: su distribución juega un papel clave para disolver la nieve y, sobre todo, para evitar la aparición de las peligrosas placas de hielo. Gracias a ella la circulación es posible en buena parte de las carreteras nacionales, pero, al mismo tiempo, se convierte en un enemigo de los coches por los daños que puede causarles: así puedes evitar que la sal estropee tu coche.

El mismo poder de corrosión con el que pone freno a las placas de hielo, también tiene efectos negativos sobre diferentes elementos del vehículo. Cuando las partes metálicas entran en contacto con las precipitaciones y la sal de carretera de forma prolongada se produce una reacción que, en conjunto con el oxígeno, provoca que la oxidación de esos componentes se acelere. Además de la carrocería, los efectos también se notan en otras partes como las llantas, el escape, los amortiguadores o los frenos.

Tres consejos para evitar que la sal dañe tu coche

Si después de circular por la carretera la presencia de la sal es evidente en tu coche, toma nota de estos tres consejos para frenar las posibles consecuencias que puede generar.

1. Lavado frecuente

Cuando las condiciones climatológicas no acompañan, es aconsejable lavar el coche con más frecuencia de la habitual. Los expertos recomiendan no dejar pasar más de cinco o siete días para eliminar la sal.

2. Cómo lavar el coche

A la hora de poner a punto el vehículo hay que seguir algunos consejos. Si es posible usa productos de limpieza neutros y no frotes: si queda sal incrustada en la carrocería podrías rayarla así que procede suavemente con un paño y agua con jabón, las pistolas a presión de las gasolineras pueden servirte de ayuda. Por último, repasa los bajos del coche y las llantas porque son los lugares donde más sal se acumula y donde más daños puede generar.

3. Protege tu coche

Las temperaturas extremas son perjudiciales para tu vehículo y el invierno no es una excepción. Si lo aparcas en la calle puedes utilizar una funda para protegerlo de las bajas temperaturas y, además, puedes aplicar cera cuando lo laves. Este producto crea una película que ayuda a conservar en mejor estado la pintura de la carrocería, rebaja los efectos de la sal e, incluso, repele mejor el agua.

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