QUEREMOS SER COMO ÉL
Así queremos ser de mayores: con 75 años y un Nissan GT-R de 1.216 CV en el garaje
Barry Bigwood es el claro perfil de petrolhead que luchó por sus sueños hasta convertirse en el ejemplo de jubilación a seguir: un hombre de 75 años que tiene un Nissan GT-R de 1.216 CV en el garaje y con el que quiere superar la barrera de los 300 km/h.
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Barry Bigwood, un sudafricano de 75 años, es el claro ejemplo de que los sueños se cumplen. Y más cuando se trata de sueños petrolheads, puesto que nuestro protagonista vive una jubilación de ensueño para cualquier amante de las cuatro ruedas: ser septuagenario con un Nissan GT-R de más de 1.200 CV en el garaje y tener el objetivo de sobrepasar la barrera de los 300 km/h.
Bigwood explica que su deseo de tener un superdeportivo empezó hace cincuenta años. Fue exactamente cuando se cruzó con un Porsche 911 haciendo rugir a su seis cilindros bóxer el momento en el que quiso pelear por un sueño que ahora, a sus 75 años, ha cumplido. Nunca es tarde si la dicha es buena.
Aunque bien es cierto que Barry Bigwood conduce casi a diario un Honda Civic EG6, la verdadera joya de su garaje es el compatriota de su daily. Estamos hablando de un Nissan GT-R R35 del año 2012, es decir, variante que hacía gala de un V6 de 3.8 litros dispuesto a erogar 550 CV y 632 Nm de par. Sin embargo, dichas cifras se quedaban cortas para su propietario, y decidió modificarlo hace cuatro años.
Concretamente el superdeportivo japonés de Bigwood bajó hasta Inglaterra para recibir un cigüeñal hecho a medida, pistones, varillas, aumento de cilindrada hasta lo 4.1 litros, refuerzo de la caja de cambios y adaptación para funcionar con etanol. ¿El resultado final? Una bestia de 1.216 CV y que su propietario asegura que en una carrera de aceleración es más rápido que un Bugatti.
Pero lejos de quedarse con una cifra obtenida en un banco de potencia, Barry Bigwood decidió acudir al aeropuerto de Upignton donde una pista de cinco kilómetros para él solo le permitirá cumplir su sueño: superar los 300 km/h con su Nissan GT-R. Y es que el propio dueño afirma que su interés no es correr en circuito con el coche, pero sí hacer travesuras con él; y esto es prueba irrefutable de ello.
Ni corto ni perezoso, Bigwood arremete sin piedad contra el acelerador para dar rienda suelta a los más de 1.200 CV de su GT-R. No tarda demasiado en alcanzar los 300 km/h pese a que después Barry hace alusión a que se esperaba una aceleración más contundente, pero a pocos segundos de iniciar la frenada, podemos ver como el cuentakilómetros marca los 351 km/h. Queremos una jubilación como la de Barry Bigwood.
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