Audi Q5 y SQ5 Sportback: tendencia coupé para un SUV de lo más interesante

Audi ha anunciado el lanzamiento de una nueva carrocería coupé para completar la familia de su modelo SUV medio, el Audi Q5, uno de sus productos más importantes. Así, el Audi Q5, cuya segunda generación se comercializa desde 2016, mejora su atractivo y gana enteros adaptándose a las demandas de una clientela que ve cada vez con mejores ojos la llegada de este tipo de carrocerías.

El Audi Q5 Sportback se distingue de sus hermanos de gama sobre todo por una parte trasera mucho más deportiva, con una caída del techo mucho más pronunciada que enfatiza la deportividad de una carrocería mucho más dinámica, del gusto de los usuarios más jóvenes. Además, el Q5 Sportback estrena también nuevos elementos tecnológicos.

Estéticamente las mayores diferencias se encuentran, además de en su parte posterior, en el diseño de las llantas, con tamaños que oscilan entre las 18 y las 21 pulgadas, así como en la suspensión, algo más baja de serie que la del Q5 tradicional, mejorando así su apariencia deportiva. Los pilotos traseros pueden contar con tecnología OLED como el Q5, amplificando el posicionamiento “tecnológico”del Audi Q5.

En el interior no hay cambios, aunque es cierto que en la parte posterior la altura para la cabeza se ve rebajada. Mecánicamente la oferta de motores tanto diésel como gasolina es muy amplia, con potencias que arrancan en los 163 CV del 2.0 TDI de cuatro cilindros hasta los 265 CV de un 2.0 TFSI también de cuatro cilindros con microhibridación y etiqueta ECO de la DGT.

Para aquellos compradores que busquen un escalón más en términos de rendimiento, Audi ha presentado también el Audi SQ5 Sportback TDI, equipado con un motor 3.0 TDI V6 con 341 CV y 700 NM, permitiendo una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos, con una velocidad máxima de 250 km/h, limitada electrónicamente.

Ésta versión SQ5 Sportback es particularmente avanzada gracias a una suspensión pilotada que permite diferentes modos de conducción, así como gracias también a un sistema de microhibridación de 48 voltios que integra un compresor eléctrico que mejora ostensiblemente la respuesta del motor, especialmente a bajas vueltas, permitiendo así unas reacciones 100% deportivas en todo momento con un consumo medio homologado de 8,2 litros/100 km.