Pagar un canon por usar autovías y autopistas: la cara B del fin de los peajes

El debate sobre el futuro de las autopistas de peaje nos deja hoy con una nueva polémica encima de la mesa. Ante la liberalización de autopistas que finalizan próximamente su concesión como es el caso de la AP-1 (Burgos-Armiñón) o la AP-7 (Tarragona-Alicante), el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, realizó ayer unas declaraciones que han vuelto a encender el debate sobre el futuro de las autovías y autopistas y su modelo de financiación en tanto al mantenimiento.

Según señalaba Ábalos, el Gobierno sigue adelante con la idea de eliminar los peajes en todas las autopistas que finalicen su concesión, una medida con la que pretende liberelizar estas carreteras para recuperar su uso "gratuito" y público. Sin embargo, al mismo tiempo que valoraba la futura la liberalización de las próximas autopistas de peaje, también adelantaba la necesidad de encontrar un modelo de financiación capaz de soportar el coste de mantenimiento de una red de carreteras cada vez mayor (20.000 Km en la actualidad). Sólo en autovías Ábalos señaló un coste de 11.000 millones de euros al año.

Ante este panorama el ministro valoró la posibilidad de introducir un canon por uso en autovías y autopistas, un canon con el que se buscaría sufragar los costes de mantenimiento de estas vías una vez desaparezcan los peajes. Esta propuesta pretende emular el sistema de protocolos o tasas que se emplean en otros medios de transporte como puertos o aeropuertos, estableciendo una tasa por uso. Aunque hablamos de una idea lanzada a modo de globo sonda, también se apuntó a la intención de repercutir esta tasa en los mayores usuarios de las vías como el transporte por carretera o el turismo, aunque salvo sorpresa hablaríamos de un coste que afectaría a todo aquel que hiciese uso de las vías.