China está dispuesta a acabar con los problemas de contaminación que asolan muchas de sus ciudades y la última y polémica medida ha sido crear un impuesto específicos para los coches de lujo, gravando con un 10% adicional todos los coches que superen los 1,3 millones de yuanes (alrededor de 190.000 euros). Este impuesto afectará de forma directa a las ventas de coches de marcas como Ferrari, Bentley, Aston Martin, Rolls-Royce, etc. Aunque por el momento ninguna marca ha querido pronunciarse al respecto de forma oficial, lo cierto es que la medida se venía estudiando desde hace tiempo para forzar a los fabricantes a introducir mejoras en sus vehículos, además de acelerar la reconversión a sistemas híbridos y eléctricos. Este impuesto adicional supone un notable incremento en el precio final, pero en China están convencidos de que el resultado final de esta política será positivo. ¿Y por qué muchos países miran fijamente a China? El éxito de este impuesto y su repercusión en el mercado lanzando versiones más eficientes podría ser el detonantes final para que otros países, algunos europeos, sigan los pasos de China y graven las ventas de coches de lujo y más contaminantes para fomentar la movilidad alternativa. Casos como el de Noruega donde un Tesla Model S puede ser más barato que una berlina gasolina de la cuarta parte de potencia, han demostrado que el cambio de la política fiscal para incentivar el cambio de modelo de transporte es posible. En Centímetros Cúbicos: |