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Un peligro del que hay que ser consciente

Sin cinturón en las plazas traseras: un riesgo tan peligroso como innecesario

El cinturón de seguridad es una de las medidas básicas de seguridad de un coche, e ir en las plazas posteriores puede resultar igual o más peligroso que en las delanteras.

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Parece mentira que a estas alturas de la película sea necesario recordar -y dar tirones de oreja- ciertas medias de seguridad; pero sí, debemos hacerlo. Con el cinturón de seguridad hubo una intensa lucha en la década de los 90 y principios de siglo entre la DGT y aquellos conductores que se negaban a circular con él abrochado pese al peligro que conlleva. En la actualidad sigue siendo necesario recordar no solo la importancia de llevarlo en las plazas delanteras, sino también en las traseras, donde el peligro está presente.

La física se encarga de hacernos ver que el hecho de no llevar el cinturón de seguridad puede suponer la diferencia entre salir más o menos ilesos de un golpe o perder la vida. No debemos olvidar que nosotros dentro del coche somos objetos quietos, por lo que el violento vaivén en caso de accidente hará que nos desplacemos rápidamente y sin poder controlarlo.

Imaginad que pasamos de 0 a 10 km/h en un suspiro, a lo que debemos sumarle nuestra propia masa corporal y que no vamos a impactar precisamente contra una colchoneta, sino contra más objetos del coche e incluso contra otros pasajeros. Si nos ponemos en el caso de los ocupantes de las plazas traseras, no solo podrían salir despedidos por el cristal delantero en caso de no llevar el cinturón de seguridad, sino también chocar contra todo lo que encontremos en las filas posteriores.

En caso de sufrir un accidente frontal a 80 km/h -una velocidad que se alcanza en numerosas vías sin grandes dificultades- y no llevar el cinturón de seguridad, los pasajeros de las plazas traseras se proyectarán con la fuerza de una bola de 1.200 kg a una velocidad de 10 km/h, es decir, un proyectil que en caso de impactar contra otro pasajero, podría suponer un choque mortal entre ambos.

El cinturón se encarga de retener nuestro cuerpo en caso de impacto, frenazos intensos o cualquier tipo de movimiento violento del vehículo. Gracias a este, nos mantendremos quietos y evitaremos salir proyectados contra los demás pasajeros o directamente salir despedidos del habitáculo. Por supuesto, debemos evitar llevar objetos sueltos dentro del coche para evitar lo que se conoce como efecto elefante y generar graves heridas por el impacto de estos.

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