LE CUESTA MÁS RENDIR
¿Cómo el frío aumenta el consumo de tu coche?
Las bajas temperaturas no sólo aceleran el deterioro de algunos componentes, también harán que el depósito te dure menos.
Publicidad
- Así puedes evitar que la sal de la carretera dañe tu coche
- Mi coche se ha dañado durante la gran nevada: ¿me cubre mi seguro?
- Estas son las infracciones que, en 2021, te costarán 500 euros
- Cadenas de tela para la nieve: ¿son mejores o peores que las tradicionales?
- La DGT alerta: dos métodos que no debes usar para quitar el hielo de tu parabrisas, y dos que sí
Las temperaturas extremas juegan en contra de la salud de nuestro coche. Tanto el exceso de calor como el de frío aceleran el desgaste de determinados componentes, sobre todo cuando el vehículo duerme en la calle. Sin embargo, no es la única consecuencia: las temperaturas tan bajas que estamos sufriendo estos días pueden hacer que el depósito dure menos. Así es cómo el frío aumenta el consumo.
Este factor afecta, como decíamos, a aquellos coches que aparcamos a la intemperie en verano y en invierno. La razón es simple: se trata de máquinas que están diseñadas y desarrolladas para funcionar correctamente con temperaturas de cierto nivel. O lo que es lo mismo: les cuesta (mucho) más rendir durante los meses más fríos del año.
¿Por qué aumenta el consumo?
Dicen los expertos que cuando el termómetro se sitúa alrededor de los cero grados, el consumo de nuestro coche puede subir entre un 10 y un 15%. Las razones hay que buscarlas en el motor, en el aceite, en la calefacción o en los neumáticos, entre otros. Así afecta el frío al consumo.
Motor
Cuando las temperaturas son tan bajas, el motor tarda más en calentarse y en alcanzar la temperatura óptima para funcionar. En esta situación inyectará más combustible para alcanzar el mismo rendimiento y esto provocará que se incremente el consumo y las emisiones. Por lo tanto, no pierdas de vista el nivel de refrigerante puesto que su misión pasa por regular la temperatura del propulsor.
Aceite
El invierno reduce las propiedades de lubricación porque el aceite necesita más margen para alcanzar los grados necesarios provocando que el coche demande más energía.
Neumáticos
Las bajas temperaturas hacen que la presión de las ruedas disminuya porque el aire del interior se enfría y circular en estas condiciones aumentará el consumo debido al mayor rozamiento con el suelo.
Sistemas eléctricos
No sólo la batería podría perder algo de energía, el alternador de tu vehículo va a tener que esforzarse más de lo habitual para producir más electricidad.
Calefacción
Es inevitable: durante los meses de invierno el uso de la calefacción es indispensable. Y a esto hay que añadir otros elementos calefactables como las lunetas térmicas, los retrovisores, los asientos o el volante.
Publicidad