¿Es posible eliminar todas las marcas?
Cómo mantener los cristales de tu coche limpios en 3 pasos
La suciedad en los cristales es, sin duda, una de las más difíciles de eliminar cuando hablamos de nuestro coche. Si queremos olvidarnos de ella, debemos hacerlo bien.
Publicidad
La buena visibilidad a la hora de conducir es fundamental para hacerlo con seguridad. Sin embargo, uno de los puntos clave a la hora de la limpieza es el de los cristales, que a su vez no siempre es fácil dejar lo suficientemente limpios. Son muchos los supuestos trucos que se pueden utilizar para dejar los cristales impolutos, pero no siempre funcionan. Con éstos tres pasos conseguiremos dejar los cristales limpios, sin marcas ni reflejos.
- Un buen limpiacristales
Puedes adquirir un buen limpiacristales con un precio que raramente superará los 3€. Con eso te aseguras una buena limpieza del cristal, aunque si no quieres gastar ni un euro, puedes utilizar alcohol del que todos tenemos en el botiquín. Con alcohol diluido en algo de agua conseguirás una solución que limpiará los restos de tu cristal con total facilidad.
- Por dentro y por fuera
Parece mentira, pero por fuera es bastante más fácil dejar limpio el cristal: los limpiaparabrisas que todos utilizamos hacen que la suciedad no se acumule con tanta facilidad. Sin embargo, por dentro no es tan fácil eliminar la suciedad, siendo ésta más adherente al tratarse generalmente de vapores y humos generados por los plásticos que componen el interior del vehículo.
Además, sobre todo en las ventanillas, podemos dejar manchas de aceites, grasas o cremas al tocar los cristales con las manos, especialmente si en el coche viajan niños o mascotas. En ese caso, es todavía más evidente que necesitaremos dejar los cristales, por su parte interior, lo más limpios posible.
- Dos trapos: la clave
La verdadera clave para dejar los cristales del coche limpios a la perfección es utilizar dos microfibras de esas que venden en los supermercados a un precio muy reducido. Debemos usar dos, no sólo una, y nada de papel de periódico o un trapo viejo para limpiar los restos: usa una microfibra, a poder ser nueva, para retirar los restos del limpiador y secar el cristal.
Gracias a la acción de la microfibra nueva se atraparán todas las particulas restantes que se han podido quedar adheridas al cristal. Con ello eliminaremos al 100% todos los restos tanto de suciedad como de limpiador, y podremos disfrutar de unos cristales limpios sin brillos, halos y restos de suciedad.
Publicidad