ECONOMÍA
Sí, comprar un coche es más caro… sobre todo si sólo puedes permitirte un urbano o un compacto
El Allgemeiner Deutscher Automobil-Club (ADAC), la asociación alemana de automovilistas, ha analizado la situación del mercado en los últimos años.
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Comprar un coche nuevo es, cada vez, más caro, pero ¿sabes cuánto y desde cuándo? Son muchos los que creen que se trata de un fenómeno reciente, pero un estudio realizado por el Allgemeiner Deutscher Automobil-Club (ADAC) desvela que el problema lleva gestándose cinco años: desde 2017, las cifras se han disparado un 19%. Y hay segmentos en los que la curva es especialmente aguda.
El ADAC ha estudiado el precio medio de los coches nuevos entre 2017 y 2022. Con este punto de partida ha comprobado que el comportamiento de las cifras depende del segmento: cuanto mayor sea su nivel, menos acusará esta inflación. La pregunta es lógica: ¿por qué? Por el beneficio: los márgenes que dejan los vehículos más pequeños son menores porque sus precios son más bajos para ser más atractivos y poder mantener su carácter asequible.
Los ejemplos
El análisis del ADAC señala que el segmento de los urbanos ha vivido una escalada del 44% desde 2017 mientras que el de los compactos ha sufrido un aumento del 21,3%. La subida en los modelos de lujo, sin embargo, ha sido de un 12,4% entre 2017 y 2022.
La magnitud de estos porcentajes se comprende mejor dentro del contexto que ha dibujado el estudio del ADAC. El precio del Dacia Sandero Stepway TCe 90 ha subido un 19,9% mientras que el del Peugeot 208 BlueHDi 100 lo ha hecho en un 15,2% y el del BMW 116i (uno de los que menos ha acusado la inflación del mundo del motor) ha sido del 11,3%. El último ejemplo está protagonizado por uno de los modelos más vendidos en Europa: el Volkswagen Golf es, ahora, hasta 3.000 euros más caro que en 2020.
¿Cómo se ha gestado esta inflación?
Son varios los motivos que explican la situación que está viviendo el mercado de modelos nuevos: aunque el análisis se basa en datos de Alemania, el ADAC asegura que es extrapolable al resto de países europeos.
De un tiempo a esta parte, las normativas ambientales son cada vez más restrictivas y obligan a las marcas a optar por el camino de la hibridación o la electrificación total porque los sistemas de control de las emisiones no son suficientes para cumplir con los estándares obligatorios.
Equipar los vehículos con un motor híbrido o sustituir el de combustión por un eléctrico es muy caro y podemos comprobarlo con un nuevo ejemplo: el Fiat 500 ha sustituido su motor de gasolina de 69 CV por uno híbrido y su precio se ha incrementado un 15% desde 2019.
A esto tenemos que sumar un movimiento cada vez más común en las marcas: eliminar las versiones de acceso para ofrecer a sus clientes modelos mejor equipados... y más caros. Influye, también, en esta subida la escasez de semiconductores que se ha traducido en parones en las líneas de producción de muchas fábricas: unas pausas que comenzaron en 2020 con la pandemia del Covid-19.
Y, por último, nos encontramos con la Guerra de Ucrania y sus consecuencias. No sólo ha dado lugar a una fuerte subida en los precios de la energía o de las materias primas, también ha desembocado en interrupciones en la cadena de suministro. La suma de todos estos factores se traduce en un mayor coste final del coche.
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