En condiciones muy resbaladizas, la tracción total poco puede hacer en determinados casos

Llega el invierno y al igual que ninguno de nosotros nos planteamos el hecho de salir a la calle con chanclas como las que utilizamos en nuestras vacaciones estivales, tampoco debemos afrontar un viaje en carretera con el calzado ‘inadecuado’. Los neumáticos son el único punto de contacto que nos mantiene sobre el firme, algo que hace incluso más importante el llevar las ruedas más adecuadas para cada época del año, especialmente cuando el asfalto se convierte en lo más parecido a una pista de patinaje sobre hielo, concretamente a la del equipo de Hockey de la Universidad de Notre Dame.

El vídeo Tire Rack es la perfecta demostración de que un conductor debe confiar en su coche y en sus neumáticos, sin embargo, lo que no debe hacer es ‘confiarse’. Existe la falsa creencia de que un vehículo de tracción total nos puede sacar cualquier apuro en condiciones invernales y lo cierto es que sí gozamos de una mayor capacidad de empuje al no derivar toda la potencia a un solo eje, pero sigue habiendo situaciones en las que puede ser tan poco efectiva como un vehículo de tracción simple o de propulsión.

El ejemplo perfecto nos los encontramos con los SUV 4x4. Este tipo de vehículos cuenta habitualmente con unas buenas capacidades en el fuera pista, en terrenos rocos, con mucha piedra e incluso en la arena del desierto. Sin embargo, esa ventaja que se obtiene por la tracción total en todas estas situaciones se convierte en un arma de doble filo con la llegada del invierno y de los terrenos con poco agarre, especialmente en carreteras con placas de hielo en las que muchas veces es muy difícil juzgar dónde tenemos que empezar a frenar para no pasar apuros. El peso y las inercias de este tipo de vehículos hace que sea incluso más complicado el detener por completo una unidad que no este calzado con una goma especifica de invierno.

Tire Rack ha empleado dos Toyota RAV4 completamente idénticos salvo en cuanto al tono de la carrocería y que uno de ellos está equipado con neumáticos convencionales y el otro con unos específicos de invierno. El hielo dictará sentencia acerca de las capacidades de cada una de las unidades de prueba en tres ejercicios distintos: aceleración, frenada con ABS y comportamiento en curva. En todas ellas se puede apreciar la importancia de contar con un buen calzado y especialmente en la frenada queda de manifiesto que a pesar de contar con ABS y que ambos son vehículos 4x4, los metros pasan y poco o nada se puede hacer para detener el vehículo ante unas condiciones de agarre críticas. En total, más de seis metros en los que la frenada se alarga de forma prácticamente dramática.