Si nos ceñimos a la teoría, deberíamos pensar que todos
los impuestos recaudados a cada conductor deberían ser destinados a la mejora continua de la carreteras y servicios que se prestan a cualquier usuario de las vías en pos de ofrecer la máxima seguridad. Sin embargo, esta máxima no se cumple, y de hecho cada vez se cumple menos a la luz de los últimos datos revelados por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
Los impuestos que recauda la Unión Europea y cada estado miembro a los conductores de forma directa o indirecta no han rebajado su recaudación durante la crisis, sin embargo su destino sí que se ha desviado en favor de otras necesidades, rebajando alarmantemente las inversiones necesarias en construcción y mantenimiento de la red viaria europea. Lo peor de todo este asunto es que pese a que la inversión no para de reducirse, desde la Comisión Europea están estudiando la posibilidad introducir un nuevo impuesto.
El primer punto que sigue resultando flagrante es la
diferencia que existe a nivel de recaudación y uso de la red viaria. Este hecho significa que el grueso de los usuarios de las carreteras, conductores como tú y como yo, son los responsables del 74% de la recaudación aunque por contra sólo son responsables del 55% de los costes de la red viaria. Como contrapunto tenemos al transporte pesado que representa el restante 26% de los ingresos, mientras que genera el 45% de los costes de mantenimiento en infraestructuras.
Casi un tercio de los ingresos recaudados en impuestos son destinados a otros servicios como sanidad, educación, etc. Por este motivo desde la FIA sí que señalan la necesidad de reestudiar el objetivo de esos impuestos para evitar la caída paulatina en inversiones para mejora y nueva construcción en carreteras que se está produciendo. Fuente:
La Vanguardia | FIA En Ceentímetros Cúbicos: |