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Convertir tu coche de etiqueta B a C es posible y todo gracias a un truco muy poco conocido

Según el reglamento de la DGT, existen coches que tienen derecho a la etiqueta C a pesar de su fecha de matriculación, sólo tienes que demostrar que cumple con una normativa de emisiones más exigente y así volverás a poder circular por el centro de muchas ciudades.

Etiqueta medioambiental C

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Las etiquetas de emisiones son un distintivo cada vez más importante para los coches españoles, pues en los próximos años empezarán a generalizarse las zonas de bajas emisiones (ZBE) y con ello las restricciones que aplican a la circulación y aparcamiento de vehículos en función de la pegatina que tienen instalada en su parabrisas.

Los coches con etiqueta B son los más perjudicados por la aplicación de estas restricciones, pues tal y como estamos viendo en los criterios aplicados por grandes ciudades como Madrid o Barcelona, este tipo de vehículos quedarán vetados antes de 2026. Sin embargo no todo está perdido para estos coches, pues si tienes un coche con etiqueta B, es posible que puedas cambiarlo a etiqueta C a poco que te fijes bien en su ficha técnica.

Si tu coche está matriculado antes del 1 de enero de 2006, automáticamente tendrá el distintivo medioambiental B, sin embargo es posible mejorar esta etiqueta si resulta que el motor de nuestro coche cumple con una normativa anticontaminación como la Euro 4, más restrictiva que la Euro 3 que exige la etiqueta B como mínimo para su obtención. Esta misma posibilidad de cambio se aplica a los coches diésel que, estando matriculados antes de septiembre de 2015, hagan uso de un propulsor que cumple con una normativa anticontaminación Euro 6 o superior.

Etiquetas medioambientales de la DGT
Etiquetas medioambientales de la DGT | DGT

El cambio puede resultar crucial para alargar la vida de nuestro coche, pues de esta forma podremos seguir usándolo varios años más para acceder y circular por las zonas de bajas emisiones, un área delimitada que se hará habitual en todos los municipios con más de 50.000 habitantes.

Para verificar si nuestro coche se beneficia de este cambio de etiqueta, lo único que debemos hacer es acudir a la ficha técnica del vehículo o realizar una consulta al fabricante del mismo, comprobando así la normativa anticontaminación que cumple el propulsor. Una vez nos hemos cerciorado de que efectivamente nuestro coche cumple con el requisito para poder solicitar el cambio de etiqueta, lo que debemos hacer es acudir al concesionario para solicitar un certificado de conformidad y con él acudir a una oficina de la DGT para solicitar el cambio de distintivo y que así quede reflejado en la base de datos de Tráfico.

Si bien el procedimiento conlleva algunos costes, éstos son relativamente bajos en comparación con los beneficios que aporta el cambio de distintivo, pues convertir un coche de etiqueta B a C significa poder beneficiarnos del acceso al centro de las ciudades en momentos donde se aplique algún tipo de restricción, bonificaciones en el aparcamiento regulado e incluso rebajas en el pago de ciertos tributos como puede ser el impuesto de circulación, más conocido como "numerito".

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