DEPENDE DEL CONDUCTOR
Cuando se cumplen los dos años de garantía, ¿qué es mejor: un taller oficial o uno normal?
Consumida la garantía que tenemos por ley, existen dos caminos: prorrogar la protección oficial o decantarnos por un taller convencional
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Cuando compras un coche, durante un tiempo cuenta con la protección oficial que garantiza la ley. Una vez pasado ese periodo, los conductores deben tomar una decisión: prorrogar esos cuidados oficiales (si no se ha decantado por una marca de coches que cuenta con un auxilio mayor al habitual) o recurrir a las atenciones de un establecimiento normal. ¿Qué es mejor: un taller oficial o uno normal?
Como decíamos, la ley establece que un coche nuevo debe ofrecer al conductor, como mínimo, un par de años de garantía. Además, en 2010 el panorama cambió: desde entonces no es obligatorio pasar por un taller oficial durante ese tiempo para conservar esta protección. Es posible acudir a cualquier establecimiento siempre que se siga el plan de revisiones establecido por la marca y se registre en el libro de mantenimiento.
El gran dilema llega cuando el vehículo supera los dos años de vida. En ese momento el conductor tiene dos opciones. La primera de ellas pasa por ampliar ese periodo de protección de la marca: si se decantan por esta vía tendrán que cumplir con sus condiciones. O lo que es lo mismo: probablemente a partir de ese momento sí tengan que recurrir a los servicios oficiales de mantenimiento para que la garantía siga en pie. Funcionan de forma parecida la protección de determinados fabricantes que ofrecen cinco o siete años en lugar de dos. La segunda es recurrir a los talleres de siempre.
Oficial o convencional
¿Es mejor seguir con el servicio oficial o decantarse por uno convencional? Lo cierto es que no hay una respuesta universal para esta pregunta ya que todo depende del conductor y de su vehículo. Cada formula tiene sus pros y sus contras.
Llevar a cabo el mantenimiento del coche en los puntos oficiales de la marca es más costoso: la mano de obra suele ser entre un 10 y un 30% más cara. No obstante, te garantizan un perfecto conocimiento del modelo y, además, cuentan con todos los manuales. A esto hay que añadir que si se trata de una avería común son los primeros en identificarla y en avisar a los clientes para subsanarla. Y, por último, suelen tener todos los equipos necesarios y un amplio stock de piezas originales para dejar el coche perfecto.
Los talleres convencionales no cuentan con un surtido de recambios tan amplio porque su foco es mucho más amplio y abarca más marcas: lo normal es que tengan que pedir aquello que necesitan ralentizando el tiempo de reparación. Además, muchos de estos establecimientos suelen centrarse en servicios concretos: mecánica, neumáticos, chapa y pintura… Por lo tanto, puede que tengas que recurrir a varios para llevar a cabo la operación. Sin embargo, sus precios son más asequibles que los del mantenimiento oficial.
Y, por último, nos encontramos con los talleres multimarca que suelen ser la opción más recomendable cuando tenemos que realizar operaciones de mantenimiento comunes a todos los modelos como, por ejemplo, el cambio de los filtros.
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