UN ESCENARIO QUE PODRÍA DARSE EN EUROPA
El deportivo eléctrico aún no irrumpirá de manera drástica, o al menos no en Estados Unidos
Dodge podría no seguir de manera tajante con la idea de un Challenger eléctrico, pudiendo llegar a existir una variante de seis cilindros.
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Para muchos, la idea un deportivo eléctrico equivale, como mínimo, a un ultraje. Una situación que ya estamos con diversas marcas europeas y asiáticas, pero parece que en el otro lado del charco correrán otra suerte. O al menos así lo refleja Dodge, firma que puede que no esté tan decidida a embarcarse en la aventura de lanzar un muscle car 100% eléctrico.
Y aunque bien es cierto que en una primera instancia la senda estaba muy clara tal y como dejó patente ya no solo el Dodge Charger Daytona SRT Concept, sino también las variantes Last Call, las cosas podrían cambiar. Esto se debe a unas filtraciones de la propia fábrica en las que se divisa al que parece ser el monocasco del nuevo Challenger pero con un hueco claramente ideado para albergar una caja de cambios.
De momento, la firma americana no ha desvelado nada. Pero lo que está claro es que, aunque se siga adelante con una variante 100% eléctrica, también habrá opciones de combustión, aunque eso sí, más comedidas en lo que a cubicaje y cilindros se refiere.
Tampoco es algo que deba cogernos muy de sorpresa, especialmente si tenemos en cuenta las declaraciones del CEO de Dodge en 2022: “Podríamos poner un motor de combustión en el Challenger. Pero eso no quiere decir que lo hagamos. No lo haremos así, lo lanzaremos 100% eléctrico.” A ello debemos sumarle el hecho de que el nuevo Challenger se fabricará sobre la plataforma STLA Large modular de Stellantis, capaz de albergar mecánicas eléctricas y de combustión.
Pero lejos de recurrir al ya mítico motor HEMI de ocho cilindros, todo apunta a que se hará uso del propulsor Hurricane del consorcio francés. Es decir, un motor de seis cilindros con doble sistema de turboalimentación y 3.0 litros de cilindrada.
Y aunque podría perder en carácter respecto al anterior V8, no lo hará en cuanto a prestaciones. Estamos hablando de un motor capaz de soportar potencias de entre 410 y 1.000 CV, existiendo un amplio margen para lanzar diferentes versiones ya no solo del Challenger, sino también de otros modelos.
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