Diferencias entre los seguros para coches eléctricos y gasolina

Al igual que ocurre con un coche de combustión, un vehículo eléctrico tiene la obligación de tener un seguro de Responsabilidad Civil como mínimo. Este seguro es forzoso por el Código Civil y se encarga de cubrir cualquier daño que provoques a un tercero, ya sea material, económico o físico. Además, los automóviles de propulsión eléctrica tienen un gran número de coberturas comunes a los gasolina.

Pese a ello, los coches eléctricos deben tener asegurados una serie de elementos como la batería o el punto de carga, inexistentes en los de combustión. Esto no implica necesariamente que el seguro sea más caro. Las empresas aseguradas proponen a los clientes con vehículos eléctricos una elección de cuatro seguros: a terceros, a terceros ampliado, a todo riesgo con franquicia o a todo riesgo. Es decir, exactamente los mismos que los impulsados por gasolina.

Los seguros de coches eléctricos se centran en proporcionar una cobertura de servicios diferentes por la naturaleza del vehículo. En este caso, podemos ver como aseguradoras como Mapfre, Línea Directa o Reale ofrecen asistencia en carretera por descarga del coches y una sustitución con un automóvil etiqueta ECO o Cero. No es lo único, también existe una cobertura por robo del cable de carga o de la batería.

Asegurar un vehículo eléctrico actualmente no es más caro que uno de combustión. Por ejemplo, un seguro a terceros para un Fiat 500e tiene un precio menor a los 150 euros al año de media. Si nos vamos al coche eléctrico más vendido en España, el Tesla Model Y, su cuota asciende a los 164 euros.

Según datos de Rastreator, una póliza de seguros de un automóvil de propulsión eléctrica es más económico que uno de combustión. La prima media de un seguro a todo riesgo con una franquicia básica es de unos 296 euros anuales, lo que significa un 3 % menos que las pólizas de vehículos tradicionales.

La enigmática ‘carretera de los clavos’: ¿dónde se encuentra y por qué está llena de clavos?