SUBIDA DE PRECIOS
Echar gasolina low cost: ¿merece la pena el ahorro?
Las diferencias con las gasolineras tradicionales pueden llegar a ser de 20 céntimos: ¿cómo lo consiguen si el producto es el mismo?
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La diferencia de precio entre una gasolinera que pertenece a las grandes petroleras y una de las conocidas como ‘low cost’ puede llegar a ser de 20 céntimos: ¿cómo es posible que ofrezcan el mismo producto más barato? Esta pregunta es una constante entre los conductores, sobre todo en momentos como el actual donde estamos viviendo una constante escalada de precios en el carburante: ¿merece la pena echar gasolina low cost? VER VÍDEO.
Todo dependerá de cada conductor. El combustible que sale por el surtidor de una gasolinera tradicional es el mismo que nos sirven en una low cost: tienen la misma calidad y la única diferencia son los aditivos, productos químicos que se añaden al carburante e incrementan sus cualidades: si están presentes, el combustible será más caro.
El mismo combustible
Hacíamos hincapié en la igualdad de calidad porque en España hay un único suministrador de carburante: la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH). Siguiendo lo establecido en la Ley de Hidrocarburos, la CLH almacena el petróleo de las refinerías nacionales, lo reparte y lo transporta hasta las gasolineras nacionales… independientemente de si pertenecen a las grandes petroleras o son low cost. Este combustible debe superar varios controles y cumplir unas normas de calidad.
La llegada de las gasolineras low cost
Los aditivos no son la única explicación a esos precios más reducidos. Volviendo a hacer referencia a la Ley de Hidrocarburos, ésta sufrió una reforma en 2013 para promocionar la competencia y liberalizar el suelo destinado a estaciones de servicio. Para ello se rebajaron los requisitos sobre parcelas y licencias para montar una gasolinera: así aparecieron operadores alternativos y pequeños empresarios que apostaron las gasolineras low cost.
Reducción de costes
La clave de este modelo de negocio es la reducción de costes. Este tipo de estaciones de servicio tienen el personal mínimo: a veces hay una persona, pero la mayoría de ellas son de autoservicio y cuentan con máquinas de pago. De esta manera eliminan uno de los grandes gastos: el personal supone el 60% de los costes de una gasolinera.
A esto hay que añadir su ubicación ya que suelen estar lejos de los centros urbanos o en polígonos industriales donde el suelo es más barato. Y, por último, muchas de ellas han surgido de la mano de grandes superficies comerciales porque aunque tengan un margen de beneficio pequeño se compensa con las compras de los consumidores.
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