DIÉSEL EURO 7

Con los eléctricos que no arrancan, el diésel se resiste a morir y podría tener más futuro del que parece

Según informa el medio alemán Auto Motor und Sport, el gran grupo estadounidense podría apostar por una tecnología híbrida que contase con este combustible.

Suministradores de diésel y gasolina

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Tras lo mucho que han dado que hablar para mal los motores PureTech, Stellantis ha quedado muy señalado en cuanto a reputación se refiere. El gran grupo estadounidense, que posee marcas como Peugeot, Citroën, DS, Fiat, Opel y Alfa Romeo, necesita al parecer dar un golpe en la mesa con una innovación o un avance que le permita marcar el paso en cierto sentido. En definitiva, recuperar parte de ese prestigio perdido a causa de dichos propulsores y en los depósitos AdBlue de algunos de sus coches.

Lo cierto es que el camino que, al parecer, ha decidido emprender para ello va a sorprender a muchos. Según el medio alemán Auto Motor und Sport, desde la compañía se están planteando apostar decididamente por una combinación de tecnología híbrida con motores diésel. Un combustible que parecía abocado al ostracismo por los grandes fabricantes y las instituciones comunitarias con sus normas en materia de reducción de emisiones.

No habrá subida al diésel: el gobierno paraliza su aplicación
No habrá subida al diésel: el gobierno paraliza su aplicación | Pixabay

Un cambio de planes

En principio, Stellantis había marcado una hoja de ruta con la que se marcó como objetivo vender exclusivamente coches eléctricos a partir del año 2030. Sin embargo, y leyendo las declaraciones de su jefe en Europa, Jean-Philippe Imparato, parece que los tiros van por otro lado. El dirigente francés ha dejado caer que el catálogo de modelos podría expandirse para acoger motorizaciones diésel modernizadas, que se podrían conocer como motores diésel Euro 7. Asimismo, informan desde Francia que Stellantis ya habría comenzado a invertir en el desarrollo de un nuevo propulsor diésel destinado a sus turismos y SUV.

La planta del grupo ubicada en Trémery (Francia), donde dan luz a los motores HDi de 2,0 y 1,5 litros, parece que tiene la clave en esta potencial renovación tecnológica. En consonancia con la hoja de ruta ya comentada anteriormente, la idea original del grupo bajo la dirección de Carlos Tavares era acabar la producción de estos motores. Ahora todo hace indicar que podrían conservar el motor diésel HDi de 2,0 litros. Una opción ideal para coches de gama media y alta, además de para darle a este combustible una nueva y útil vida tras desaparecer de la oferta de marcas como Opel y mantenerse a duras penas en las de Citröen y Peugeot.

Hay que recordar que el Gobierno quiere fijar un impuesto al diésel tal y como adelantó hace unas semanas Sara Aagesen, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Así, la ministra declaró en su momento que es necesaria "una fiscalidad adecuada" para "la parte fósil". Si finalmente acaba dando este paso Stellantis, habrá que ver qué impacto tiene en nuestro país.

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