LO QUE PUDO SER Y NO FUE
Con elementos del BMW M4 GTS, así iba ser el M2 CSL que nunca vio la luz
BMW acaba de sacar a la luz a diversos prototipos M, entre los que se encuentra el desconocido BMW M2 CSL.
Publicidad
Hay ciertos gestos de las marcas que son dignos de admirar, tales como desempolvar a sus más ocultos prototipos. Esto mismo ha hecho BMW, concretamente su departamento M, el cual ha decidido enseñar a cuatro vehículos cuya existencia se desconocía. Entre ellos se encuentra el M2 CSL, o lo que es lo mismo, el M2 más radical de la mano de piezas heredadas del M4 GTS, una reducción de peso y un aumento de potencia.
Aunque bien es cierto que el estado de esta unidad es completamente funcional, el puesto de M2 más radical que los adeptos demandaban cubrir a BMW fue finalmente ocupado por el M2 CS. Sin embargo, este CSL es todo un descubrimiento digno de admirar y que guarda ciertas diferencias respecto al CS.
Empezando por el apartado estético nos encontramos con un frontal en el que rápidamente se distingue un splitter específico ideado para mejorar la aerodinámica. El capó recurre a un diseño más agresivo con nuevas nervaduras y una toma de aire pensada para refrigerar el motor, mientras que en el lateral se distinguen unas taloneras más aerodinámicas y unas llantas más ligeras.
Pero es la zaga la que se encarga de poner la guinda al pastel con un alerón rematado en fibra de carbono e inédito hasta la fecha en un M2, y un difusor más acusado ideado para aumentar la carga aerodinámica. Sin embargo, el espíritu CSL se siente también en el habitáculo de este prototipo.
Rápidamente cobran protagonismo dos asientos tipo backet, la presencia de Álcantara y diversas piezas rematadas en CFRP -polímero reforzado con fibra de carbono-. A ello debemos sumarle -o más bien restarle- la ausencia de asientos traseros en pro de reducir el peso y añadir una jaula anti-vuelco capaz de aportar mayor rigidez al conjunto.
El motor, por su parte, sigue siendo el mismo seis cilindros en línea de 3.0 litros sobrealimentado por turbo, solo que para la ocasión se aumentó la potencia hasta los 450 CV, dejando que el par siguiese siendo de 550 Nm de par. Sin embargo, la reducción de peso -la cual no ha sido desvelada por BMW- hace que el conjunto sea mucho más eficaz pese a ganar tan “solo” 40 CV respecto al M2 Competition.
Aunque tanto el M2 CSL como el M2 CS fueron presentados de manera interna, BMW decidió finalmente apostar por el segundo. Uno de los motivos fue porque el CS contaba más aptitudes para ser un vehículo apto en el día a día. ¿Veremos en la siguiente generación un M2 CSL? Todo apunta a que sí, especialmente si tenemos en cuenta que ahora existe un M4 CSL.
Publicidad