No basta únicamente con sustituir las gomas gastadas
Equilibrado y alineado de neumáticos: dos operaciones de mantenimiento más importantes de lo que parece
Los neumáticos son parte fundamental de la seguridad de nuestro coche, pero no es suficiente, únicamente, con cambiarlos cuando se gastan.
Publicidad
Los neumáticos son posiblemente los grandes "tapados" en cuanto a seguridad vial. Al fin y al cabo, conducir el mejor coche del mundo, el que está equipado con los mejores y más completos sistemas de seguridad, con la estructura más resistente...no sirve absolutamente de nada si no es capaz de trasladar las órdenes necesarias a la carretera, algo que se realiza única y exclusivamente a través de los neumáticos.
Sustituir un neumático no es algo tan sencillo como llevarlo al taller, quitar el viejo y poner el nuevo, una operación en la que no se invierten más de 5 minutos. Un neumático necesita estar equilibrado una vez montado en la llanta, ya que de lo contrario corremos el riesgo de que la marcha no sea confortable, y, además, el vehículo necesita ser alineado para que la pisada sea segura.
¿Qué es equilibrar un neumático? El equilibrado de un neumático consiste, básicamente, en conseguir que dos puntos indiferentes de la llanta pesen exactamente igual. A priori no parece muy complicado, ya que un neumático es, en apariencia, igual en todos lados...pero no es así. Todos los neumáticos tienen un punto donde el peso es diferente, algo derivado del proceso de fabricación.
Es necesario, por tanto, aportar peso en diferentes puntos de la llanta. De lo contrario, al rodar con el coche, sobre todo a altas velocidades, notaremos una vibración muy acusada que, con el paso del tiempo, puede afectar a elementos del vehículo como la suspensión y la dirección, dañándolos si no lo corregimos a tiempo.
Por su parte, el proceso de alineado tiene como propósito asegurarse de que las cotas -medidas- de todos los elementos de la suspensión y la dirección implicados en la "pisada" del neumático están dentro de los límites marcados por el fabricante del automóvil. Si no realizamos este proceso, que se lleva a cabo utilizando generalmente sistemas de medición láser, desgastaremos nuestros nuevos neumáticos de forma irregular y la dirección de nuestro coche no será todo lo precisa que debería, dos factores que contribuyen de forma negativa en la seguridad de nuestro vehículo.
Publicidad