Con la llegada del boom de los Concept Cars con motorizaciones eléctricas, es cada vez más habitual que los fabricantes quieran encontrar un buen compromiso entre diseñar un vehículo con tintes futuristas y además de hacer un guiño al pasado. Sin embargo, con los avances en la producción también se ha hecho económicamente plausible el crear nuevas ediciones de vehículos protagonistas de los albores de la movilidad. Si Bentley ha decidido crear una tirada de 12 unidades del Blower, Bugatti ha decidido crear una versión muy especial por su 110º aniversario.
La firma de Molsheim vio cómo el Bugatti Baby II que se presentó en el pasado Salón del Automóvil de Ginebra se agotaba en prácticamente apenas tres semanas, por lo que decidieron que esas primeras 500 unidades no habían sido suficientes. Esto ha llevado a la marca a abrir un proceso de reserva para que todos aquellos que quieran adquirir uno puedan hacerlo si se llegan a un número mínimo.
“Cuando una empresa con una historia tan colorida y orgullosa como Bugatti cumple 110 años, puede permitirse mirar al espejo retrovisor un poco más de lo que lo haría habitualmente. Por lo tanto, es apropiado para nuestro año de aniversario revivir al Baby Bugatti”, explicó Stephan Winkelmann, presidente de Bugatti. Asociados de nuevo a The Little Car Company, la creación del Baby II replica precisamente al Bugatti Type 35 a una escala del 75%, algo que lo hace ser algo más que un juguete para niños, convirtiéndolo en este caso en todo un pasatiempo para adolescentes y adultos.
Cada Baby II mide 2.8m de largo y 1.0m de ancho. El peso exacto del automóvil dependerá de la versión, pero comienza en unos 230 kg sin conductor. El apartado mecánico es casi lo que más sorprende cuando hablamos de que es una recreación. El tren motriz de la versión de tracción trasera viene con dos modos de potencia seleccionables para adaptarse a cada conductor: un 'modo infantil' de 1kW con la velocidad máxima limitada a 20 km/h, y un 'modo adulto' de 4kW con la velocidad máxima limitada a 45 km/h.
Aunque se ha tratado de respetar la originalidad de la mayoría de elementos del modelo de 1924 diseñada por Ettore Bugatti, se ha optado por ejemplo de implementar neumático Michelin de nueva factura y un tren motriz eléctrico con baterías de iones de litio (una opción estándar de 1.4 kWh y una versión de largo alcance de 2.8 kWh) y freno regenerativo.
Cuando te sientas en la cabina, el clásico volante de cuatro radios se encuentra frente al salpicadero aluminio en el que se presentan la instrumentación. Mientras que los originales tenían un tacómetro con medidores de presión de aceite y combustible, estos han sido reemplazados por un velocímetro, un indicador de nivel de batería y un medidor de potencia. Aunque en teoría debería ser innegociable el tono French Racing Blue para la carrocería, aunque también se ofrece un buen catálogo de colores, incluidos los del Chiron.
Dependiendo de la versión, las opciones de gama alta además de una carrocería de fibra de carbono cuentan con una 'Speed Key' que permite una potencia de hasta 10kW y desactiva el limitador de velocidad. Igualito que el Bugatti Chiron. Los precios comienzan en 30,000 euros (más impuestos y entrega) y la producción comienza a principios de 2020. Un juguete muy caro que al menos te permitirá entrar dentro del club de propietarios de Bugatti, seguramente la forma más barata de hacerlo.