UNA NUEVA ALERTA

La estafa de la que alertan las gasolineras que está corriendo como la pólvora

La llegada de las estaciones de servicio rápidas ha multiplicado los intentos de estafa, hasta el punto de que las propias gasolineras han levantado la voz para evitar que se repitan situaciones así.

Imagen de archivo de una gasolinera

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Pese a que nuestros coches han evolucionado de manera más que notable durante las últimas décadas, aún necesitan, al menos la mayoría de ellos, de ciertos actos para funcionar. Actos que apenas han cambiado con el paso del tiempo, como los repostajes. Y es que, al menos de momento, los motores térmicos necesitan un carburante o combustible para poder trabajar y, por tanto, transformar esa energía química de la gasolina o del gasóleo en energía mecánica, en movimiento.

En los últimos años las estaciones de servicio han cambiado mucho, pasando de ser algo así como "puntos mecánicos" donde además podíamos llenar el depósito de combustible a convertirse en un pequeño supermercado multiusos donde encontrar casi de todo y, además, poder llenar el depósito de nuestro coche. Sin embargo, muchos usuarios deciden apostar por las estaciones de servicio rápidas o desatendidas, donde únicamente podemos llenar el depósito y, además, hacerlo a un precio ligeramente más barato.

Sin embargo, no todo son ventajas, ya que este tipo de estaciones de servicio está más expuesta a posibles robos o estafas, tal y como están denunciando en los últimos días las estaciones de servicio, donde se están produciendo intentos de estafa especialmente en momentos de alta afluencia, donde los pocos trabajadores que están al servicio de la clientela no pueden atender con tranquilidad a todas aquellas personas que pretenden llenar el depósito de su coche.

El modus operandi de los malhechores es sencillo pero a la vez ingenioso: en momentos de gran afluencia en el que los trabajadores están centrados en servir el combustible lo más rápido posible, los malhechores cuentan con sonidos de datáfonos grabados en sus teléfonos móviles y, simulando que van a pagar con tarjeta contactless a través del teléfono móvil, reproducen el sonido de confirmación que tienen almacenado en su smartphone.

Cuando los empleados escuchan el sonido, comienzan a servir combustible con el fin de despejar la EESS lo antes posible, sin haber recibido ninguna confirmación de pago del cliente y fiándose únicamente del sonido que aparentemente ha emitido el datáfono integrado en el surtidor, cerrando así el círculo de una estafa de pequeñas cantidades de dinero pero que en los últimos tiempos se ha extendido como la pólvora.

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