Este botón en tu coche puede salvarte la vida: por qué nunca deberías desconectarlo

Imagina conducir por una carretera mojada y, al tomar una curva, tu vehículo comienza a deslizarse. En ese instante, el Control Electrónico de Estabilidad, o ESP, entra en acción corrigiendo la trayectoria y evitando un posible accidente. Este sistema, presente en la mayoría de los vehículos modernos, es fundamental para mantener la estabilidad del coche en situaciones críticas.

El ESP monitorea constantemente parámetros como el ángulo de dirección, la velocidad de las ruedas y la aceleración lateral. Cuando detecta una desviación entre la dirección deseada y la real, actúa frenando individualmente las ruedas necesarias y ajustando la potencia del motor para recuperar la estabilidad. Gracias a su eficacia, desde noviembre de 2014 es obligatorio en todos los vehículos nuevos comercializados en la Unión Europea.

Sin embargo, en algunos modelos se puede desactivar a través de un botón situado en el cuadro de mandos. Aunque algunos conductores consideran desactivarlo en condiciones específicas, como al conducir sobre nieve o barro para facilitar el movimiento, es crucial recordar que hacerlo aumenta significativamente el riesgo de pérdida de control. Por lo tanto, se recomienda mantener siempre el ESP activado durante la conducción diaria, ya que su intervención puede ser determinante para evitar accidentes.

En resumen, el ESP es un aliado silencioso que trabaja para garantizar tu seguridad al volante. Mantenerlo activado es esencial para prevenir situaciones peligrosas y asegurar una conducción más segura.

Evita olores y averías: Cómo cambiar tu mismo el filtro del aire del coche