Este es el tiempo y kilometraje máximos que deberías tardar en cambiar la correa de distribución

Una de las preguntas más recurrentes entre los conductores es cada cuánto tiempo hay que cambiar la correa de distribución. El desgaste hace mella en todos los componentes del vehículo, que, con el paso del tiempo, hay que terminar cambiándolos. Pero especialmente complicado es el de la correa de distribución ya que, si se rompe, puede acarrear en graves problemas para el vehículo.

La correa de distribución une varias partes del motor, y sincroniza su funcionamiento. En concreto, conecta el movimiento del cigüeñal (que convierten la quema del combustible en movimiento rotatorio) con el árbol de levas (controlan el ingreso del aire de combustible a los cilindros, y permiten que los gases salgan del motor).

¿Cada cuánto hay que cambiarla?

Depende del vehículo, las condiciones climatológicas de la zona, y el terreno por el que circule el coche.

En el manual de propietario del vehículo siempre te informa de cada cuantos kilómetros hay que cambiarla. El baremo suele estar entre los 65.000 y los 130.000 kilómetros, pero puede variar según distintas condiciones.

Si el coche acostumbra a circular por vías urbanas, el rendimiento de la correa de distribución descenderá, y habrá que cambiarlo antes. Sin embargo, en el caso de que circule por autopistas, hay que hacer caso a lo que diga el manual del propietario, ya que contará el kilometraje de manera más exacta.

También afecta el clima en el que nos encontremos. Si el vehículo está en un clima en el que tenemos temperaturas extremas (más de 35 grados), el desgaste de la correa de dirección también se verá afectado, y su duración disminuirá.

Si no se llega a ese kilometraje, se recomienda cambiarla cada 5 años, para evitar averías cuyo coste puede oscilar entre los 1000 y los 6000 euros. El cambio de la correa de distribución no superará los 200 euros.

¿Cómo saber si falla?

El propio coche te avisa si la correa está fallando, encendiendo la luz del motor en el salpicadero. Esto no significa que ya esté rota, sino que empieza a mostrar desgaste, y hay que cambiarla.

Si no se enciende la luz, puede avisarnos de que está fallando si aumenta el consumo, y la potencia del motor disminuye, o si, cuando el motor está al ralentí, suena un traqueteo.

De esta manera, sabremos cuándo cambiar la correa de distribución antes de que falle, y nos ahorramos pagar una avería más grande.

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