PIÉNSATELO DOS VECES ANTES DE ABRIR UNA BOTELLA

Este es el único caso en el que podrías ser multado por beber agua mientras conduces

Beber agua mientras se conduce no es objeto de sanción en España, pero si provoca una distracción que, a su vez, desencadena un accidente, la cosa cambia.

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En España, la ley no prohíbe de forma específica beber agua mientras se conduce. De hecho, incluso la DGT recomienda la hidratación frecuente a la hora de afrontar viajes largos, ya que ello ayuda a mantenernos atentos al volante. Sin embargo, su principal prioridad es circular de manera segura y lo cierto es que tomar agua u otros líquidos es una actividad susceptible de distraer al conductor, pudiendo llegar a considerarse una infracción si acaba por afectar a su capacidad de reacción y, por ende, a la seguridad vial.

No has de tener miedo a dar un sorbo agua de una botella en el coche, pero sí mucho cuidado al hacerlo mientras el coche está en movimiento, hay tráfico a su alrededor o existe el más mínimo riesgo de perder su control o de apartar la vista de la carretera. Y es que, en situaciones donde beber cause descuidos o despistes de consideración, las autoridades con competencias en materia de tráfico (Policía Local en entornos urbanos o Guardia Civil fuera de ellos) podrían aplicar sanciones. Por lo tanto, aunque no esté explícitamente prohibido por la normativa, es importante ejercer el sentido común y la responsabilidad al manejar un vehículo.

Botella de agua en el interior de un vehículo
Botella de agua en el interior de un vehículo | motor.atresmedia.com

Pongamos un ejemplo. Imagina que estás conduciendo a una velocidad moderada, por debajo del límite establecido en la vía, y decides abrir una botella de agua para dar un trago mientras sigues circulando. Mientras intentas desenroscar el tapón, tienes que apartar desviar tu mirada hacia una de tus manos. En ese momento, el vehículo que te precede reduce bruscamente su ritmo debido a un obstáculo en la calzada. Como estás momentáneamente distraído, no reaccionas a tiempo y terminas frenando demasiado tarde, lo que resulta en una colisión por alcance que causa un latigazo cervical al otro conductor.

En esta situación, aunque la causa directa del accidente no sea el hecho de beber agua en sí mismo, la distracción provocada por esa acción podría ser considerada como un factor que contribuyó al choque y sus consecuencias. Si se demuestra, las autoridades podrían argumentar que tu atención estaba dividida y que no estabas completamente concentrado en la conducción, lo que, en función del desarrollo de los acontecimientos posteriores, podría resultar en una multa por conducción negligente.

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