Estrella su coche y se pone a hacer flexiones...¡para evitar una multa de alcohol!

El alcohol y la conducción son dos factores que nunca, nunca deberían ir de la mano. Sin embargo, desgraciadamente aún a día de hoy hay gente que no entiende que nunca se debe siquiera pensar en conducir un coche cuando se ha bebido una sola gota de alcohol.

Además existe mucho mito urbano acerca de los "métodos" que se pueden emplear para evitar una posible sanción tras haber consumido alcohol y haber sido "cazado" conduciendo por las autoridades. Desde beber café hasta mascar chicle, pasando por hacer ejercicio muy intenso durante unos minutos. La ciencia ha demostrado varias veces que no, que es imposible librarse...pero el conductor protagonista de esta historia aún no lo ha entendido.

Nos situamos en Murcia, madrugada del sábado al domingo. Un joven conductor, al volante de su SEAT Ibiza, decide emprender el camino a casa tras una larga noche de fiesta en la que el alcohol había sido uno de los protagonistas. Sus capacidades estaban tan mermadas que al poco de arrancar pierde el control de su vehículo y acaba estampándolo contra un semáforo en una avenida.

En cuanto la policía acudió al lugar de los hechos, el conductor, sospechando que la prueba de alcoholemia iba a arrojar un valor muy alto, decidió ¡ponerse a hacer ejercicio! Sí, tal cual lo lees. Decidió que la mejor manera de evitar una posible sanción de alcoholemia era hacer flexiones...algo que, lógicamente, no le sirvió de nada. De hecho, triplicó el límite legal de alcoholemia, alcanzando los 0.75 mg/l de aire, enfrentándose a un delito contra la seguridad del tráfico.