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La gran esperanza roja. Ferrari acumula ya más de una década sin conseguir título, ni entre pilotos, ni en constructores. Muy lejos queda ya el año 2008, temporada en la que los de Maranello lograron su último entorchado intercontinental, solo un año después de que Kimi Räikkonen consiguiera en Interlagos ser el último piloto de los transalpinos que se coronaba Campeón del Mundo. Es por ello que las prisas por lograrlo antes de pasar página con el reglamento técnico parecen ser mayores que nunca.
Charles Leclerc y Sebastian Vettel tienen por tanto no solo la presión por conseguir de nuevo recuperar la senda de los éxitos, sino que además deberán soportar sobre sus espaldas todo el peso de la historia de un equipo que ha logrado 16 títulos de constructores y 15 de pilotos.
Todo ello llega por si fuera poco tras un 2019 en el que apenas se lograron tres victorias, dos por parte del monegasco (Bélgica e Italia) y una para el tetracampeón (Singapur), en una temporada que estuvo marcada además por los encontronazos en pista entre ambos, así como la batalla por reclamar el liderato del equipo. Leclerc tiene contrato hasta finales de 2024, mientras que Sebastian afronta uno de sus momentos más bajos dentro del equipo sabiendo que a finales de año su relación contractual con su actual equipo llegará a su fin.
Pocos eran los cambios que presentaba por su parte el SF1000, nombre que se ha elegido precisamente en el año en que Ferrari llegara al millar de Grandes Premios disputados. El color mantiene ese tono rojo mate que empezó a emplear su predecesor, el SF90, con la presencia del 'Mission Winnow' en la aleta de tiburón y con el eslogan de #essereFerrari muy destacado en lugares clave del mono ignifugo de los pilotos.
Aunque se eligió el Teatro Romolo Valli en Reggio Emilia como escenario para la presentación en uno de esos shows con música y maestros de ceremonia (la responsable de prensa, Silvia Hoffer y Marc Gené) que recordaban a los de antaño, finalmente no hubo grandes sorpresas y no se recurrió a la tricolore para la librea como se había elucubrado debido al peso histórico del lugar.
Sí regresaba la cornamenta al Ferrari, en una posición muy alta de la entrada de aire central, aunque se hablar de que el coche podría cambiar mucho durante los test invernales, e incluso se ha hablado de la opción de que la marca recurra a dos coches distintos durante las dos semanas para no dar pistas a sus rivales. Por su parte, Vettel reconocía que ha sido la parte trasera la que más trabajo ha tenido, intentando corregir los problemas que especialmente pasaron factura al alemán durante la primera mitad de la pasada campaña.
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