MANTENIMIENTO
La frecuente avería invernal que puedes prevenir pulsando un único botón
Contra toda lógica, los expertos recomiendan poner en marcha (de vez en cuando) los sistemas que nos ayudan a enfriar el aire del habitáculo del coche durante los meses de invierno. La razón es sencilla: este sencillo gesto nos ayudará a alargar su vida útil y, sobre todo, a evitar costosas averías.
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¿Cuándo usamos, con más frecuencia, el aire acondicionado o el climatizador? En verano, en primavera y en otoño. No obstante, contra toda lógica y contra nuestras ganas de hacerlo, también deberíamos ponerlo en marcha durante el invierno. Es más, durante estos meses debemos prestarle más atención para vigilar su funcionamiento y llevar a cabo un correcto mantenimiento. Y es que con un simple gesto, pulsar un solo botón, podrás prevenir una de las averías invernales más frecuentes.
¿Y qué botón tenemos que pulsar? El del aire acondicionado o el del climatizador. Hacerlo, de vez en cuando, en invierno ayuda a evitar posibles averías y, de paso, alarga la vida útil del sistema y sus componentes. Cabe recordar que ambos sistemas tienen la misma base: enfriar o calentar el aire que sale por los aireadores del habitáculo, aunque el climatizador permite realizar regular la temperatura para mejorar la gestión del confort interior.
El compresor del aire acondicionado
Los protagonistas de los problemas más frecuentes son el compresor del aire acondicionado y el circuito del sistema. El primero de ellos es el encargado de hacer que el gas refrigerante circule. Si pasa demasiado tiempo apagado puede perder capacidad de enfriamiento por dos razones: por la pérdida de gas refrigerante o por la pérdida de rendimiento. Apretando el botón A/C lo activaremos o lo desactivaremos.
Es, además, un sistema muy útil en los meses más fríos porque con él podemos controlar la humedad del aire. Su nivel no sólo influye en el confort de los ocupantes, también en la aparición de malos olores en los conductos, de vaho en los cristales y en la generación de moho. Y, sobre todo, hay que tener en cuenta que su reparación no es barata porque implica la revisión del circuito, reponer el gas y su lubricante, corregir posibles fugas y, si es preciso, sustituir el filtro interior.
El circuito del aire acondicionado
Hay partes del circuito del aire acondicionado que pueden dar pie a otros problemas protagonizados, por ejemplo, por el filtro deshidratador: reparar al encargado de atrapar la humedad puede costar hasta cincuenta euros. Es posible que las juntas de estanqueidad se resequen, se agrieten y el gas se escape o que fallen las válvulas (100 euros). Las fugas pueden estar causadas por la rotura del radiador principal (60-100 euros) aunque lo más grave puede ser el gripado del compresor, que necesita lubricante interno para funcionar (200-400 euros).
Si el aire acondicionado o el climatizador están apagados desde octubre hasta marzo, aproximadamente, descubriremos estos problemas causados por la falta de uso demasiado tarde, es decir, cuando las elevadas temperaturas estén cerca. Por ello, un uso frecuente y una revisión a tiempo son fundamentales: no en vano, rellenar el gas puede costar entre 40 y 70 euros… cifras más económicas que las de una avería.
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