El gadget que todo ciclista debería tener este verano

Las temperaturas han aumentado estos días y con ellas cada vez más personas se animan a sacar sus bicicletas para disfrutar del buen tiempo haciendo deporte. Aunque se trata de una increíble opción para mejorar nuestro rendimiento físico, en ocasiones puede ser realmente peligroso, sobre todo por elementos externos.

Hay varias herramientas que dan a los amantes de las bicicletas un plus de seguridad, como los cascos inteligentes, pero el que puede ser el protagonista de este año es, sin duda, el radar para bicicletas.

Este nuevo dispositivo de la marca Trek se llama CarBack, que se comercializa a un precio tentador de 199,99 euros, ha surgido como una alternativa económica frente a otros dispositivos de otras marcas que ascienden a prácticamente el doble.

Como bien explica la marca, este radar es capaz de detectar los vehículos que van detrás de nosotros hasta una distancia de 240 metros, 100 más que otras alternativas. Esta diferencia se traduce en un mayor tiempo de reacción, concretamente un 35 % más y, por lo tanto, una mayor seguridad.

Este dispositivo no solo advierte al ciclista sobre la aproximación de vehículos mediante a través de la aplicación móvil vinculada, sino que también proporciona una potente luz trasera visible desde dos kilómetros de distancia para que todos los conductores pueden ver a los ciclistas a una separación prudente.

La luz, es esencial tanto de día como de noche, cuenta con cuatro modos de iluminación ajustables según las condiciones de visibilidad, que garantizan que ser visto en todo momento. Se conecta mediante tecnología ANT+ o Bluetooth y es compatible con la mayoría de ciclocomputadores del mercado.

Otro aspecto destacable es la durabilidad de su batería de 2.000 mAh, que promete hasta siete horas de funcionamiento continuo, que asegura su uso durante toda una jornada sin problema alguno.

Se recarga completamente en solo cuatro horas mediante un puerto USB-C, por lo que seguramente te sirva el propio cargador de tu móvil. Está diseñado para poder aguantar cualquier inclemencia meteorológica, ya que cuenta con certificación IPX7 que garantiza resistencia al agua hasta un metro de profundidad durante 30 minutos, aunque sería un poco raro meter tu bicicleta un metro abajo el agua.

Su instalación es sumamente sencilla, ya que va anclado en la tija del sillín o en el sillín mismo, orientado hacia atrás, para emitir y recibir las señales del radar sin obstrucciones. Sus pequeñas dimensiones, además de que es liviano, hace su transporte sea muy fácil, lo que lo convierte en una herramienta indispensable para cualquier ciclista.

La carretera que concentra el 53% de los muertos en España: así va a actuar la DGT