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El 'dieselazo' tendrá que esperar al menos un año más

No habrá impuesto al diésel el año que viene: los presupuestos no lo recogen

El incipiente 'impuesto al diésel' que se esperaba para este año tendrá que esperar al menos un año más: el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado no lo recoge.

Surtidor diésel

Surtidor diéselGETTY

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La fiscalidad asociada al automóvil es un pilar fundamental para las arcas públicas, que recaudan cada año miles de millones de euros en concepto de diferentes impuestos asociados al uso y propiedad de los vehículos matriculados en España. Sin embargo, el cambio de paradigma en el plano de la movilidad ha hecho que también cambien otros conceptos asociados a los impuestos.

Más de una vez hemos hablado aquí del 'impuesto al diésel', una tasa que, en realidad, no es más que un aumento de la carga fiscal asociada al gasóleo que, por otro lado, es uno de los que menos gravado a nivel de impuestos de toda la Unión Europea, estando más favorecido en términos impositivos que la propia gasolina, por la que millones de conductores pagan más cada día.

De ahí que el ejecutivo central haya coqueteado en numerosas ocasiones con el llamado 'impuesto al diésel', una subida de los impuestos al gasóleo que también estaba impulsada por las diferentes políticas verdes de la Unión Europea, donde se apuesta de manera decidida por la electrificación y la descarbonización del transporte por carretera.

No habrá impuesto al diésel en 2022

Parecía cuestión de tiempo, pero la realidad es que los Presupuestos Generales del Estado para el año 2022 no incluirán, salvo sorpresa de última hora, la subida de los tipos impositivos al gasóleo, lo que supone un respiro para millones de conductores que, pese al descenso en las cifras de ventas de vehículos nuevos equipados con motores diésel, siguen utilizando el gasoil en sus vehículos actuales.

Sin embargo, no será definitivo: el Gobierno tendrá que ajustarse a las promesas que hizo a la Comisión Europea, de manera que será en 2023 cuando previsiblemente la reforma de las fiscalidad de los hidrocarburos se haga realidad, una reforma que endurecerá los impuestos a los que se someten tanto el diésel y la gasolina como otros combustibles más favorecidos como el GLP (gas licuado de petróleo) o el GNC (gas natural comprimido).

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