Hibridación o sanción: a Mazda le urge electrificarse para evitar sanciones de la UE

Mazda es uno de los fabricantes más reticentes a abandonar las fuentes de energía convencionales en el coche, esto es: combustión interna y nada más. Ha confiado en sus propias estrategias, como ya hizo renunciando a la moda del 'downsizing' que imperó en los últimos años. Sin embargo, recurrir únicamente a la combustión interna tiene los días contados; también para Mazda.

El fabricante japonés está obligado a electrificar su gama, con híbridos enchufables e incluso eléctricos que le permitan reducir su media de emisiones de CO2. De lo contrario, se enfrenta a sanciones bastante cuantiosas por parte de la Unión Europea.

Mazda es una de las marcas más afectadas por los límites que la UE exige para 2021, debido a una gama de producto donde no existen los híbridos y sí modelos con emisiones de CO2 ligeramente superiores a otros modelos equivalentes.

Para revertir esa situación, Mazda ya ha dicho que todos sus coches estarán electrificados en 2030, una medida con la que los japoneses van a contrarreloj. Las emisiones medias de CO2 que tiene Mazda actualmente, 131,2 g/km de CO2, están muy lejos de los 95 g/km que exige la Unión Europea para 2021. Esto lo convierte en uno de los fabricantes que más lejos están a día de hoy del límite exigido.

Mazda ya ha reconocido que tiene preparados 78 millones de euros para hacer frente a las sanciones la UE concernientes a este año, pero podrían ser aún más en los años venideros.

Aún así, no será la única marca en esta guisa. Volkswagen, que vende muchos más coches que Mazda, podría enfrentarse a una multa de hasta 1.400 millones y el Grupo PSA podría tener que pagar 600 millones, alrededor de un 20% de sus beneficios en 2017. Un grupo de sancionados en el que también están Jaguar-Land Rover, Ford, Fiat, BMW, Daimler, Mazda e Hyundai-Kia.