YA CUENTA CON EL APOYO DE OTROS PAÍSES
Italia mueve ficha para poner fin a la medida europea más restrictiva
La Euro 7 está cerca de convertirse en una realidad, pero países como Italia han decidido tomar cartas en el asunto e intentar evitar que esta cuaje de la mano de varios aliados.
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Que el sector automovilístico está cambiando es una realidad cada vez más tangible, y así lo demuestra el rumbo que han tomado diversos fabricantes. Todo ello condicionado, principalmente, por las medidas anticontaminación que se han tomado -y se están tomando-, pero países como Italia han decidido tomar cartas en el asunto y decir “ya basta” ante la llegada de una restrictiva Euro 7.
Y aunque bien es cierto que no va a resultar tan letal para el coche de combustión como se esperaba en una primera instancia, diversos países no están dispuestos a ceder ante esta. El primero en manifestarse claramente en contra ha sido Italia con el Ministro de Transportes, Mateo Salvini, como principal portavoz.
Italia quiere pararle los pies a la Euro 7, y lo hará con el apoyo de diversos países
Así lo ha dejado patente después de declarar que “la norma es claramente errónea” y que “Italia, junto con Francia, la República Checa, Rumanía, Portugal, Eslovaquia, Bulgaria, Polonia y Hungría tiene los números para bloquear esta medida.” Y aunque bien es cierto que, tal y como apunta Salvini, “ahora somos una minoría de bloqueo”, pronto podrían ser una mayoría.
No obstante, Italia tiene margen para conseguir reunir los votos necesarios para evitar que la Euro 7 se haga realidad. Concretamente, está previsto que la normativa entre en vigor el 1 de julio de 2025, pero para ello es necesario que sea aprobada por el Consejo Europeo.
Y aunque bien es cierto que para aprobar una medida es necesario que el 55% de los países miembros que representan al menos el 65% de la población de la Unión Europea deben votar a favor, con cuatro estados miembros en contra es suficiente para que no se lleve a cabo la entrada en vigor de la Euro 7.
Pero ya no solo es una cuestión política, sino también industrial. Al fin de cuentas, Mateo Salvini está hablando en nombre de muchos fabricantes que no están a favor de la Euro 7 al tratarse de una norma que podría implicar muchas trabas a la hora de producir nuevos vehículos de combustión y capaz de tirar por los suelos la inversión realizada hasta la fecha en otros sustentos de vida para el automóvil como, por ejemplo, los combustibles sintéticos.
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