Jaguar también incorporará al SUV tecnología de inteligencia artificial
El Jaguar E-Pace estrena la versión P200, el acceso a la gama de gasolina, con un motor turboalimentado de 200 CV. Aprovecha también para estrenar suspensión neumática e incorporar inteligencia artificial.
El Jaguar E-Pace es la opción de la marca británica para batirse en duelo con los BMW X2, Volvo XC40, Mercedes-Benz GLA y Audi Q3. Es el tercer SUV de su gama junto al F-Pace y el I-Pace (eléctrico), el benjamín de todos ellos y está llamado a ser el que más pedidos reciba. Y ahora Jaguar ha ampliado su gama ofreciendo un motor de gasolina de 200 CV, suspensión neumática ¡e inteligencia artificial!
Esta nueva motorización es un 2.0 litros de cuatro cilindros, turboalimentado y perteneciente a la familia Ingenium, que entrega 200 CV de potencia. Homologa una aceleración de 0-96 km/h (0-60 mph) en 7,7 segundos y un consumo de 8,2 litros cada cien kilómetros. Esta versión P200 se situará como acceso de gama en las variantes de gasolina, una opción más económica que los E-Pace P250 –que actualmente arranca en 47.100 euros– y E-Pace P300, e irá emparejada al cambio automático y la tracción total.
No es la única novedad en la gama: el E-Pace estrenará una suspensión neumática adaptativa que monitoriza el coche 500 veces por segundo y es capaz de regular la dureza de los amortiguadores electrónicos en sólo diez milisegundos. De esta forma es capaz de adaptarse a las condiciones del firme y el estilo de conducción, analizando la aceleración, el giro del volante, la actividad de los pedales del acelerador y freno… Esta suspensión (Jaguar la llama Adaptive Dynamics) no estará disponible en el E-Pace D150, ni con transmisión manual o llantas de aleación de 17 pulgadas.
La última novedad del Jaguar E-Pace se llama Smart Settings, una tecnología heredada del I-Pace y que gracias a la inteligencia artificial pretende hacer la vida más fácil. Este sistema reconocerá que nos estamos aproximando al coche, pudiendo memorizar hasta 10 conductores, y será capaz de aprender nuestros hábitos –por ejemplo, si solemos conectar el cambio automático a luces largas– y preferencias en lo relativo al sistema de infoentretenimiento, climatizador, posición de conducción, etc.
Podrá incluso adaptarse a los parámetros de clima, lugar y tiempo, tomando decisiones como precalentar el volante si hace frío o reproducir determinada música según la hora del día.