Renault y Geely confluyen en Horse días después de la ‘alianza’ nipona
Juntas contra las emisiones de carbono, las marcas siguen apostando por la combustión
La transición energética pasa por los motores de siempre, pero refinados con nuevas tecnologías para ser más limpios que nunca.
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Hace unos años, Renault se reestructuró de arriba abajo: por un lado, los modelos normales seguirán siendo Renault, pero la parte deportiva se queda para Alpine, absorbiendo esta lo que conocimos desde finales de los setenta como Renault Sport. Por otro, la rama Ampére se dedica al desarrollo de sistemas eléctricos mientras que Horse es su filial dedicada al desarrollo de motores de combustión y sistemas híbridos. Esta última es una joint-venture entre Renault y Geely (propietaria de Volvo, Polestar, Lotus y de parte de Mercedes, junto a la que ha creado la actual Smart) y juntos tratarán de desarrollar los motores de combustión e híbridos del mañana.
Renault y Geely consideran que, para lograr la descarbonización y la transición a EV, hace falta desarrollar motores eficientes que funcionen con combustibles con bajo impacto de huella de carbono (biofuels o combustibles sintéticos, etanol, metanol, GLP o CNG, por ejemplo) o con hidrógeno, ya sea hidrógeno líquido o gas que funcione como combustible. Ambas partes consideran que más de la mitad de los vehículos producidos para 2040 seguirán dependiendo de motores de combustión, algo que puede chocar con las previsiones legislativas tanto a nivel nacional como a nivel europeo.
Casos como el de esta joint-venture pueden ser realmente interesantes en el mercado al ofrecer soluciones de todo tipo, tanto motores como transmisiones, baterías o sistemas híbridos, lo que engloba a una gran parte del mercado - de entrada, suministrará a Renault, Geely, Volvo, Proton, Nissan y Mitsubishi, como cabría esperar, contando con 17 fábricas diferentes y cinco centros de desarrollo e investigación.
Horse no es el único caso que anuncia grandes esfuerzos futuros para combatir la contaminación investigando en nuevos sistemas de combustión. Hace apenas unos días lo hacían Toyota, Mazda y Subaru en una declaración conjunta de intenciones, aunando fuerzas contra las emisiones de carbono - Mazda y Subaru planteando sus ideas particulares respectivas, el motor rotativo y el motor bóxer. Esto viene también en el mismo mes en el que Ford y Volkswagen han reconsiderado su futuro, admitiendo que podrían vender vehículos con motores de combustión más allá de 2030, en contra de sus intenciones hace apenas unos años.
De momento, los movimientos de la industria apuntan a que esa transición se llevará a cabo cuando encajen las piezas (como el desarrollo y coste de las baterías), pero a un ritmo no tan vertiginoso, por lo que al motor de combustión aún le queda cuerda para rato. Una buena noticia para aquellos a los que les encanta el sonido de un motor, aunque cada vez suenan menos, precio a pagar por ser más eficientes que nunca.
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