CUIDADO CON LOS EYECTORES
La razón por la que no debes usar agua como líquido limpiaparabrisas
Como solución puntual puede servir, pero no debe convertirse en una práctica recurrente porque puede perjudicar a todo el sistema
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A la hora de conducir la visibilidad es determinante para nuestra seguridad y para la del resto de usuarios de la vía. Uno de los elementos que juega un papel clave son los limpiaparabrisas. De su adecuado mantenimiento para alargar la vida útil de sus componentes ya os hemos hablado en alguna ocasión y por ello hoy queremos centrar el foco en una práctica común en muchos conductores: por qué no debes rellenar el depósito del líquido con agua.
Para llevar a cabo esta operación no vas a necesitar grandes conocimientos de mecánica: basta con saber cómo se abre el capó de tu coche. Una vez dado este paso es tan sencillo como buscar el depósito: en la mayoría de los vehículos la tapa es de color azul (también puede ser negra o azul) y tiene un dibujo que representa un parabrisas.
Lo único que queda por hacer es rellenarlo sin llegar hasta el borde y volver a cerrarlo correctamente. Y es aquí donde llega el consejo que marca la diferencia: lo recomendable es utilizar un líquido específico para esta tarea y no sólo agua o las mezclas que muchos preparan en casa. La razón es sencilla: acabarán dándote problemas y algunos pueden ser serios.
Las consecuencias de usar sólo agua
Hay que tener en cuenta que el agua puede congelarse en los meses más fríos del año y esto no sólo hará que te quedes sin la forma de limpiar la luna delantera. Al aumentar de volumen puede dañar el depósito, los conductos por los que circula o, incluso, los eyectores. Además puede suceder que el agua se congele cuando entre en contacto con el parabrisas anulando la visibilidad.
Dependiendo de la zona, el agua puede contener elevados niveles de cal que puede dejar sedimentos causando, así, obstrucciones. A esto hay que añadir la oxidación, los daños en las gomas e, incluso, el mal olor del agua que lleva estancada cierto tiempo. Por ello, es aconsejable emplear un líquido lavaparabrisas.
Finalmente, conviene tener presente que este sistema está compuesto por ese depósito, los tubos, los eyectores y un pequeño motor eléctrico que impulsa el agua. No olvides revisar los eyectores para evitar posibles taponamientos que impidan accionar los limpiaparabrisas cuando estás circulando y la visibilidad no es la adecuada.
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