La ley que permitirá circular por la ciudad a miles de coches sin etiqueta, en los calendarios de 2024

Hace ya un tiempo comenzó a tomar cuerpo una propuesta para regular y facilitar los trámites de conversión de vehículos convencionales en vehículos clásicos, una calificación legal con la que reducir las complicaciones y los trámites necesarios para que un vehículo matriculado en nuestro país adquiera la condición de clásico, con los beneficios tanto fiscales como de uso que ello implica. La DGT ha trabajado durante mucho tiempo para sacar adelante esta nueva ley, pero aún no hemos podido disfrutar de ella.

Las sucesivas convocatorias electorales, especialmente la convocatoria de elecciones generales, ha provocado la paralización y subsiguiente retraso en estas iniciativas que estaban en la etapa final de desarrollo y que buscaban cerrar la legislatura, viéndose interrumpidas aunque con visos de volver a ponerse en marcha en los próximos meses.

Este reglamento simplificado no pretende reestructurar en profundidad el panorama existente, sino que se centra en agilizar los procedimientos para proteger el patrimonio automovilístico español, de manera que modelos emblemáticos y representativos de nuestro parque automovilístico podrían tener una nueva oportunidad para circular con mayor facilidad y sin tantas trabas a la movilidad menos moderna.

Una normativa mucho más sencilla

En virtud de esta normativa revisada, la conversión de un vehículo en histórico sólo requeriría dos condiciones: superar los 30 años de antigüedad y poseer características especiales que lo definan como un bien cultural, ya sea por su asociación con una figura reconocida o por contar con elementos únicos. Además, se eliminaría el requisito de pruebas de laboratorio oficiales, siendo suficiente una declaración jurada del dueño junto con la documentación del vehículo, seguro y certificación ITV vigente.

La designación de vehículo histórico conlleva ventajas notables, como impuestos de circulación reducidos y seguros más económicos. No obstante, su mayor atractivo radica en la exención de restricciones de circulación en zonas de bajas emisiones urbanas (ZBE), tal como lo contempla el Código de Circulación. Esta situación ha impulsado la demanda de estos automóviles, que se convierten en una alternativa llamativa para sortear limitaciones ambientales en ciudades como Madrid o Barcelona y, en un futuro cada vez más próximo, en cualquier localidad con una población censada igual o superior a los 50.000 habitantes.