Maximizando kilómetros: cómo exprimir al máximo la autonomía de un eléctrico

Los coches eléctricos se han convertido en los favoritos de una generosa porción de los clientes españoles, que ven a este tipo de soluciones de movilidad una excelente alternativa para sus desplazamientos diarios. La mejora en las prestaciones y en la autonomía de estos sistemas de propulsión han contribuido también a multiplicar la aceptación de este tipo de vehículos.

Sin embargo, es evidente que aún a día de hoy, la autonomía y la libertad de movimiento que otorga un vehículo eléctrico no es suficiente para muchos clientes, que aún los miran con recelo. La conducción de un eléctrico no difiere de un vehículo con motor de combustión interna, aunque si queremos lograr la mejor autonomía, es conveniente conocer a fondo esta tecnología.

Uno de los errores más comunes que cometemos todos es pensar que un eléctrico, al igual que un motor de combustión interna, consumirá la mínima energía rodando a velocidad constante a unos 90 km/h. La realidad es que no, ya que un motor eléctrico no resulta tan eficiente cuando funciona en régimen estático. Los mejores datos de autonomía se obtienen rodando a unos 70 km/h o, incluso, en ciclo urbano.

Los coches eléctricos son también mucho más sensibles a los cambios de temperatura y a las condiciones aerodinámicas, asi que abusar de la climatización o circular a más de 60 km/h con las ventanillas bajadas hará que la autonomía se resienta sensiblemente. La suavidad al volante es básica, pero en un eléctrico, más aún. Circular aprovechando la anticipación, intentar rodar con la inercia y no abusar del acelerador nos ayudará a mejorar ostensiblemente nuestras cifras de autonomía.