CONDUCIR FRESCOS, UNA CUESTIÓN DE SEGURIDAD
Los métodos más efectivos para evitar usar el aire acondicionado y refrescar tu coche
Las altas temperaturas comienzan a convertirse en la norma a poco más de un mes de la llegada del verano. Conducir dentro de un habitáculo demasiado calurosos puede suponer un problema de seguridad.
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La llegada del calor parece ya inevitable. Dejando a un lado las reflexiones acerca de la cada vez más rápida llegada del calor, lo cierto es que conducir bajo unas condiciones extremas de temperatura puede suponer un grave problema de seguridad. En la mayoría de vehículos actuales contamos ya con sistemas de aire acondicionado que permiten reducir la temperatura interior, de forma que conducir no resulta un suplicio. Sin embargo, no siempre es así.
Algunos conductores no pueden utilizar el aire acondicionado en el coche, bien porque el sistema está estropeado o bien porque, directamente, no cuentan con un sistema de acondicionamiento de aire. En ese caso, debemos encontrar alternativas que permitan refrigerar el interior de nuestro coche para poder utilizarlo con cierta normalidad. Además, el uso intensivo del aire acondicionado supone un incremento en el consumo de combustible, por lo que merece la pena saber cuándo y cómo podemos prescindir de él con seguridad manteniendo el confort y la comodidad.
Cómo enfriar nuestro coche sin aire acondicionado
- Enfriar el coche antes de arrancar: empezar la marcha sin que el interior de nuestro coche se haya calentado es una gran idea, ya que impide que las piezas que lo componen comiencen a expulsar e irradiar calor. Para ello, intenta aparcar siempre a la sombra y, en caso de que no sea posible, evacúa todo el aire caliente del habitáculo abriendo una ventanilla y, posteriormente, abriendo y cerrando la puerta contraria entre 5 y 10 veces.
- Trapos húmedos: puedes colocar trapos ligeramente humedecidos en las salidas de ventilación del salpicadero. Al ser atravesados por el aire caliente, éste último se enfriará ligeramente. Eso sí, es recomendable abrir ligeramente una ventanilla para evitar que la humedad de los trapos se condense en el habitáculo.
- Agua helada: puedes congelar una pequeña botella de agua, que no sea muy grande, y que quepa en algún posavasos colocado cerca de una salida de aire. Por el mismo principio que en el caso anterior, el aire que se expulse por la rejilla se enfriará al pasar por la superficie helada de la botella. Eso sí, al cabo de un rato verás como la condensación de la botella comienza a provocar gotas de agua, asi que debes tener cuidado a la hora de colocar la botella en un lugar en el que la humedad no provoque ningún daño.
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