CON TEMPERATURAS EXTREMAS
Mito o realidad: ¿el aceite de tu coche puede llegar a congelarse?
Como ocurre con otros líquidos del vehículo, el aceite sufre con las bajas temperaturas y puede perder sus propiedades
Publicidad
Las temperaturas extremas pasan factura a la vida útil nuestro coche, pero hoy vamos a centrarnos en uno de los componentes que desempeñan un papel fundamental: el aceite, cuya misión pasa por asegurar que el motor funciona correctamente. Como ocurre con otros líquidos, sufre con las bajas temperaturas y puede perder sus propiedades… pero ¿puede llegar a congelarse? VER VÍDEO.
Todos los motores necesitan estar perfectamente lubricados para poder rendir: si la cantidad de aceite es insuficiente, la vida útil del ‘core’ de tu vehículo se acortará y las averías comenzarán a aparecer en escena. Una de las causas que están detrás de esa escasez pueden ser las bajas temperaturas: el aceite no puede congelarse, pero sí espesarse excesivamente a causa del frío.
Más densidad
Para que el aceite empiece a solidificarse (que no a congelarse), la temperatura exterior debe ser, como mínimo, de 18 grados bajo cero: una cifra difícil de alcanzar en España. Sin embargo, este componente empieza a volverse más denso cuando el mercurio del termómetro se sitúa por debajo de los siete grados. Si esto ocurre, no circulará por el motor y, por lo tanto, no lubricará bien todas las piezas para que funcionen sin incidencias.
El hándicap al que nos enfrentamos es que, a simple vista, no podemos saber si el aceite del coche tiene mayor densidad debido a los efectos de las bajas temperaturas. Además, el comportamiento del coche es parecido al que presenta cuando la batería se ha descargado o está a punto de hacerlo: nos costará más de lo normal ponerlo en marcha.
Aceites específicos
¿Cómo podemos prevenir esta situación? Lo cierto es que existen aceites que son más adecuados para los meses más fríos del año: son aquellos cuya numeración va acompañada de la W de Winter (invierno, en inglés). Estos componentes están diseñados para que su viscosidad no se ve afectada estando, incluso, a 18 grados bajo cero.
Usar este tipo de lubricante no es obligatorio, pero sí recomendable. Si no contamos con el líquido adecuado para el ambiente en el que vivimos podremos vivir dos situaciones: como hemos apuntado antes, el motor podría tener problemas para arrancar debido a la mayor densidad. Y en el caso contrario, si pierde su espesor la mecánica se podría recalentar.
Y, por último, hay algunos gestos que podemos aplicar durante el invierno para ayudar al aceite a conservar su estado óptimo: para calentar este lubricante y que fluya con normalidad, no está de más mantener el motor al ralentí durante unos cinco minutos antes de iniciar la marcha y evitar acelerones bruscos cuando ya estemos circulando.
Publicidad