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La nueva fibra de carbono con tecnología aeroespacial para superdeportivos promete ser una revolución
McLaren, pionera en fibra de carbono, ha dado un paso más allá, y ha conseguido desarrollar una fibra de carbono con tecnología aeroespacial, que promete ser una revolución para los coches superdeportivos.

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La fibra de carbono muy probablemente la asocies con la Fórmula 1. Y con razón, ya que la gran mayoría de los monoplazas están construidos en base a fibra de carbono, gracias a su resistencia y rigidez. Y probablemente también lo asocies a McLaren, una de las escuderías más míticas del Gran Circo, y actual campeona del mundo.
McLaren fue la primera escudería en usar fibra de carbono en sus monoplazas. El MP4/1, del año 1981, fue pionero usando un chasis de fibra de carbono, una práctica que se ha extendido por toda la parrilla.

Pero la fibra de carbono no es exclusiva de la Fórmula 1. Este componente se usa para fabricar los chasis de algunos vehículos comerciales, e incluso la carrocería de los vehículos de alta gama. Su alto precio de fabricación impide que se pueda usar para cualquier coche comercial.
Por ello, no sorprende nada que McLaren haya vuelto a innovar y desarrollar una nueva fibra de carbono para sus coches superdeportivos. McLaren Automotive ha desarrollado una aplicación de fibra de carbono en un proceso de fabricación de materiales compuestos para la industria aeroespacial, a escala adecuada para la fabricación de grandes volúmenes de superdeportivos. Esta tecnología es mucho más resistente, ya que es la que se usa para los aviones.
Es decir, han conseguido reducir el tamaño de las grandes piezas de fibra de carbono que se utilizan para el fuselaje o las alas de los aviones, para poder implementarlo en sus coches deportivos. Habitualmente se realiza la estratificación de las piezas de fibra de carbono de forma manual, pero para conseguir los materiales de la industria aeroespacial, Mclaren lo ha hecho con el depósito robotizado de cintas de composite para estratificar las estructuras que tienen en sus instalaciones de producción del McLaren Composites Technology Centre (MCTC) de Sheffield.

Este método, llamado Automated Rapid Tape, abre un gran abanico de opciones para desarrollar nuevos McLaren con una fibra de carbono mucho más ligera, rígida y resistente y que, además, genera mucho menos material residual en su producción. También ayuda a los ingenieros, ya que pudiendo ajustar el tamaño de la fibra de carbono, tienen mucha mayor libertad para diseñar los nuevos McLaren.
También permite optimizar la relación resistencia-peso. Las fibras pueden concentrarse en zonas sometidas a grandes tensiones o cargas, como juntas, bordes o puntos de conexión, lo que a su vez permite eliminar material innecesario en zonas donde la tensión es más baja, y no se necesite tanta fibra de carbono.

Menos residuos, y más precisión
Esta nueva fibra de carbono, como ya hemos comentado, no produce tantos residuos materiales, además que se reduce la generación de recortes, que luego ya no pueden ser reutilizados, por lo que se aprovechan mejor todos los materiales.
Además, al ser un proceso automatizado, hay menos posibilidad de que ocurran imprecisiones y errores humanos. Al final, puede haber un pequeño error en el posicionamiento, que provocaba que esa pieza ya no pueda ser utilizada. Ahora no ocurrirá, y se aprovecharán mucho mejor todas las piezas.

Ya hay varios coches que usan esta tecnología Mclaren ART, como el último coche Ultimate de McLaren, y también lo usará su próximo vehículo: el Mclaren W1. El plano fijo del alerón delantero de este coche puede generar hasta 1000 kg de carga aerodinámica, siempre gracias a la tecnología ART, que ya está instalada.
De esta manera, esta nueva tecnología puede marcar la nueva generación de supercoches de la marca, ya que se puede integrar en la estructura de una carcasa de fibra de carbono ultraligera y ultrarresistente.
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